Y llegó el punto final. De la temporada y de un ciclo. Para el Liceo será una cita que trasciende a lo que habitualmente es el último partido de la OK Liga, por más que se juegue contra el Vic el subcampeonato (Palacio de los Deportes de Riazor, 20.00 horas), para el que solo le vale ganar. La despedida de Jordi Bargalló tras doce temporadas como verdiblanco lo eclipsará todo. También se irá su hermano Pau, igual que Oriol Vives y Germán Nacevich. Por decir adiós también lo hará incluso el árbitro Alberto Garrote, que se retira. Pero, sin duda, el capitán centrará todas las miradas. Ha marcado una época y ha sido el símbolo de los últimos éxitos liceístas. Desde que se conoció su marcha, se inició la cuenta atrás que hoy llega al cero.

Un adiós por la puerta grande. Han sido doce temporadas en las que Jordi Bargalló se ha sentido como en casa. Su sueño era jugar en el Liceo. Lo cumplió primero su primo Francesc, pero era cuestión del destino que Jordi también luciera la camiseta verdiblanca. Lo hizo por primera vez en la temporada 2002-03. Firmó por dos temporadas, pero amplió su contrato por otras dos, hasta la 2005-06. Un periodo de cuatro años en los que ganó Liga Europea, Copa del Rey, Continental e Intercontinental, además de un Mundial y un Europeo con la selección española.

Después se marchó al Igualada durante dos cursos, pero regresó en la 2008-09 para iniciar una segunda etapa que duró ocho temporadas en las que levantó la ansiada OK Liga, dos Ligas Europeas, la Copa CERS, la Continental y la Intercontinental así como tres Mundiales y dos Europeos. En total, diez títulos y 520 goles, el segundo máximo anotador en la historia del Liceo solo superado por otro mito como es el argentino Daniel Martinazzo, que consiguió 661. Y si enorme fue su aportación en la pista, no menos importante fue su impacto fuera de ella. Su humildad y cercanía, los valores de compañerismo, entrega y profesionalidad, lo convirtieron en un ídolo para la afición. Un ejemplo a seguir. Con 36 años, abrirá un nuevo ciclo en Portugal, donde le esperan nuevos retos para su juego, que pese a su edad sigue mejorando cada temporada.

El subcampeonato de un curso muy complicado puede ser su premio de consolación de despedida. Ya se ha llevado el MVP 2005-16, el segundo de su carrera después del que logró en el 2012-13, en el que el Liceo se proclamó campeón de la OK Liga. Ganó la votación de los capitanes y entrenadores de los equipos por delante de los azulgranas Pablo Álvarez y Sergi Panadero. Pero como siempre preferirá el premio colectivo al individual. Para alcanzar la segunda posición solo vale ganar. El Vic es ahora segundo con 62 puntos por los 60 de los verdiblancos. Difícil misión para un cuadro herculino que está en cuadro por las lesiones y que tendrá en frente a un equipo muy sólido y competitivo que se ganó por propio derecho el convertirse en la principal alternativa al mano a mano que han protagonizado los últimos años el Barcelona y el Liceo.

Cierre también para el Cerceda

El Cerceda cierra la despedida en casa contra el Calafell (González Laxe, 20.00 horas). Ninguno de los dos equipos se juega ya nada. Los rojiblancos consiguieron la permanencia hace ya tres jornadas, objetivo que no pudieron alcanzar sus rivales, uno de los dos descendidos junto al Shum. El tercero se conocerá hoy, con el Lleida, el Lloret y el Alcoy como pretendientes. Girona, Manlleu y Alcobendas serán los nuevos equipos en la OK Liga la próxima temporada.