Creo que se hace justicia con Javier Gómez Noya. Lleva varios años nominado y han tenido que pasar cinco Mundiales, una medalla de plata en los Juegos, cuatro Europeos, un Mundial de XTerra, un Mundial de 70.3 y podríamos seguir hasta que en el año 2016 por fin se lo dan. Es un premio justo y merecido que, en mi opinión, llega un poco tarde.

Aquí en Galicia, si no fuera por Iván Raña y ahora mismo por Javi, el triatlón no sería nada. Y en España son ellos los pioneros. A partir de Iván, cuando ganó el Mundial en 2002, empezó todo. A nivel popular empieza a haber mucha gente que practica este deporte y se agradece que esté obteniendo más repercusión mediática. Eso también contribuye a que haya más subvenciones y que siga creciendo ya no solo el triatlón gallego sino el español, porque también contamos con otras figuras como Mario Mola o Fernando Alarza.

Ojalá que este deporte siga yendo más al alza y que lleguen más éxitos y que haya más cobertura de los medios de comunicación. Ya no digo aquí en Galicia, pero sí a nivel nacional. Cuando Javi gana unas Series Mundiales aparece en una esquinita en las portadas. Pero ahora que se acercan los Juegos ya vi una foto de las posibilidades de medalla españolas y se adjudicaban a España dos medallas, una de Javi y otra de Mario, y estas cosas no son así. Es triste porque tras cuatro años en el olvido ahora le exigen una medalla. La cultura deportiva de este país tendría que cambiar.

Nosotros le llamamos el "capitán". Creo que estará muy contento porque es un premio más, un reconocimiento, pero también estará pensando que por fin se le reconoce después de tanto tiempo que ha sido nominado. Aunque él está en un año olímpico, centrado al cien por cien en los Juegos, así que esto es una alegría, un incentivo para seguir entrenando, pero en agosto tiene su cita. Y tiene que estar bien en su día D, en la hora H. Si quiere medalla ahora mismo el nivel está muy alto y hay que lucharla.

Javi es muy amigo de sus amigos y una persona muy profesional en todos los aspectos de su vida. Se cuida al máximo para poder ofrecer el máximo rendimiento en cualquier cosa que se plantee. Y siempre que una persona allegada a él tiene algún problema, está para ayudar. Algunas veces lo situamos en la divinidad y es todo lo contrario. Si pasas un día con él te das cuenta de que es una persona normal y corriente, con la mayor humildad. Al final ves a futbolistas en sus cochazos, pero él se para por la calle. No hace mucho tiempo estábamos entrenando al lado del río en Pontevedra. Él estaba haciendo series y la gente le pedía hacerse fotos con él. Cuando estás entrenando no gusta, pero accedió. Son detalles que conquistan a la gente. En Pontevedra y en Galicia el reconocimiento es máximo hacia Javi y ojalá que siga siendo así durante muchísimos años.

Este año, con la lesión, Javi está centrado en Río ahora mismo. Después ya se verá qué decide, si seguir en esta distancia o tomar otro camino, como Raña. Lo que tengo claro es que si decide cambiar de distancia va a ser el claro dominador durante muchos años. Yo entreno con él y tengo claro que Javi está ganando ahora lo más difícil, por sus cualidades, para su cuerpo. No es rápido ni explosivo, y pese a ello se impone en lo más complejo para ese perfil. Después, en distancias más largas, que se adaptan mejor a sus características, va a barrer. Si está barriendo ahora, si cambia ya no quiero ni pensarlo.

En Río me gustaría verlo ahí con una medalla. Pero Río no es un Mundial, que hay varias pruebas y suman todas. Es una carrera de un día en la que tienes que estar bien y pueden influir muchos factores como el calor o la humedad incluso. Nunca sabes qué te puede pasar en carrera y menos en una cita tan especial que se disputa cada cuatro años. ¿Qué puede pasar? No lo sabremos hasta que llegue el momento, pero Javi en las grandes citas compite bien. Ojalá haya justicia y pueda alcanzar ese oro que tanto está buscando.

Le envié un mensaje muy simple. Ahora yo estoy en Pontevedra. El martes voy a Lugo a entrenar con él y nada le puse, solo "felicidades y a seguir trabajando". Es la dura vida del triatleta: ocho horas al día entrenando. Pero yo, los éxitos de Javi, los siento de forma especial. Si Nadal gana Roland Garros, pues te alegras. Pero con una persona con la que llevas compartiendo cuatro años de trabajo, cada vez que logra un éxito, piensas que tanto sufrimiento merece la pena. En el grupo de entrenamiento somos todos amigos y si tenemos que echarle una mano en contra de nuestros intereses, porque a veces nos pasamos un poco de rosca por ayudarlo, lo hacemos. Al día siguiente estamos hechos polvo y él como si nada, pero esa es la diferencia entre él y nosotros.

Creo que la mejor lección que me ha dado es la de pensar en el día a día. No centrarse en darlo todo en un día solo. Y nos predica la importancia de cuidar los detalles, sobre todo el descanso. Para llegar a la competición hay un largo recorrido. No se trata solo de entrenar, sino que tienes que cuidar la alimentación y el reposo. Tomar todos esos aspectos en consideración es el mayor logro que él ha conseguido conmigo.

Para mí poder relatar dentro de unos años que tuve la oportunidad de poder entrenar con el mejor triatleta de todos los tiempos será increíble. Haber formado parte de esto me produce un sentimiento pleno, pero también la sensación de que debo aprovechar el espejo en el que nos miramos día a día para seguir creciendo a su lado.