Si alguien conoce el potencial de Carlo di Benedetto, nuevo jugador del LiceoLiceo, ese es Sergi Punset. "Cuando llegué al Noisy y le vi entrenando junto a sus hermanos, los subí inmediatamente a los tres al primer equipo", recuerda. Después, se lo intentó llevar a todos los proyectos que encabezó, aunque solo volvieron a coincidir en el La Vendéenne. Para el entrenador español, que la próxima temporada dirigirá al Alcoy, el joven francés es un compendio de virtudes físicas, entre las que destaca su envergadura, y mentales, sobre todo su competitividad. Por eso no lo duda. "El Liceo ha acertado al cien por cien. Es una apuesta de futuro por el enorme potencial que tiene pero que va a dar ya resultados inmediatos", resume.

"Es muy alto y fuerte", le describe. "A nivel defensivo puede aportar mucho porque su envergadura le permite una buena colocación y es complicado pasarle. Y en ataque, cuando va en velocidad es muy difícil de parar", continúa. "Tiene también buen patín y mucha técnica individual, buen toque de bola y disparo. Tiene que trabajar más la cuchara, pero el margen de mejora es muy ato, tiene solo 20 años". Y si buenas son sus condiciones físicas, las psicológicas no se quedan atrás: "Es disciplinado y tiene una mentalidad ambiciosa y competitiva. A veces, en exceso y eso en un jugador joven a veces lleva a la ansiedad, pero todos los que hemos trabajado con él hemos conseguido que lo regulara. Es un devorador y no tiene miedo a nada", insiste. ¿Ni a llevar el nueve de Jordi Bargalló? "No le pesará, pero seguro que si le dan el nueve primero querrá ganárselo y después lo llevará con todo el respeto que siente por lo que es y ha sido Jordi Bargalló".

"Va a dejar muy buenas sensaciones", añade Punset. Carlo dará el gran salto desde la liga francesa a una de las importantes a nivel europeo, la española, algo para lo que estaba destinado. "La generación de Carlo es la mejor de Francia de su historia y él siempre ha sido el jugador emblema. Pese a su juventud, asumió ese rol con el punto de liderazgo necesario, pero al mismo tiempo con humildad", puntualiza. En ese aspecto, la familia ha sido fundamental. Hasta este momento, siempre ha permanecido unida. Será la primera vez que no juegue con sus dos hermanos, los gemelos Roberto y Bruno, un año menores que élRoberto Bruno. "Los padres siempre quisieron que siguieran juntos", advierte. Entre todas las ofertas que tenía, pesó mucho a la hora de fichar por el Liceo, además del prestigio del club, que la familia de la madre resida en A Coruña".