Osasuna y Girona, verdugos respectivamente del Nàstic y del Córdoba en las eliminatorias de semifinales de ascenso a Primera División, libran esta tarde en El Sadar el primer asalto para alcanzar la elite del fútbol español.

El conjunto pamplonés, a pesar de que no ha ganado al Girona en sus dos últimos años en la Liga Adelante, afronta la eliminatoria con el aval de su buen momento en el final del campeonato, en el que suma tres victorias seguidas.

Osasuna, que durante muchas jornadas ha adolecido de poca definición, se metió en la fase de ascenso tras golear 0-5 en el último partido de la Liga regular en Oviedo y en la primera eliminatoria ha superado al Nàstic, tercer clasificado, tras ganar 3-1 en El Sadar y 2-3 en Tarragona.

El equipo rojillo, que sueña con regresar a Primera dos años después de perder la categoría, encara con toda la plantilla disponible el último encuentro de la temporada en El Sadar, que rozará el lleno con unos 18.000 espectadores.

Será el último partido en casa con la camiseta de Osasuna de Mikel Merino, la última perla de Tajonar, traspasado al Borussia Dortmund, que está siendo decisivo en la parte final del campeonato, con liderazgo y tres goles al Nàstic (seis en los últimos seis partidos) pese a ser un centrocampista.

El entrenador osasunista, Enrique Martín, ha repetido equipo titular contra el Nàstic, y previsiblemente le dará continuidad mañana, aunque podría recuperar a Juan Francisco Martínez, Nino, después de que el delantero almeriense apenas pudiera participar en la primera eliminatoria por un problema familiar.

El Girona llega al partido con tan solo tres días de descanso respecto al duelo del domingo pasado en Montilivi frente al Córdoba.