Los incidentes que protagonizó la hinchada croata con peleas y el lanzamiento de bengalas empañaron la brillante remontada de la República Checa que logró un empate de infarto ante Croacia que le mantiene con vida en Eurocopa.

El gol en el tiempo de descuento de Necid otorgó el primer punto a la selección checa en el torneo e impidió que el combinado croata obtuviera la clasificación matemática por lo que probablemente se jugará su pase a octavos en la última jornada del grupo D ante España.

El seleccionador checo, Pavel Vrba, puede atribuirse gran parte de responsabilidad en la buena reacción que tuvo su equipo. Dos de sus cambios, Necid y Skoda, fueron los autores de los dos goles checos. Mientras que Cacic tendrá que explicar a su afición por qué retiró a Modric tras el segundo tanto de los suyos.

El conjunto checo presentó un once ligeramente retocado con respecto al que cayó ante España. Frente a la avalancha de críticas que le tachaban de conservador, Vrba dejó al lateral Gebre Selassie en el banco e introdujo en su lugar a Skalak, un extremo. En la punta apostó por el delantero del Sparta de Praga Lafata, en detrimento Necid.