En la última década, Portugal está colgada de su estrella, Cristiano Ronaldo, pero cuando el triple Balón de Oro está buscando desesperadamente el gol, todo el equipo se contagia de su ansiedad.

El jugador del Madrid persigue convertirse en el primer futbolista que marca en cuatro Eurocopas, un reto histórico que le obsesiona hasta el punto de dejarle en el dique seco en los dos primeros partidos de la competición.

El empate cosechado anoche frente a Austria deja a los lusos con dos puntos y en una situación desesperada, obligada a ganar a Hungría en la última jornada para asegurarse no quedar apeado del torneo en la fase de grupos por vez primera vez en la historia.

De lo contrario, dependerían de la ruleta rusa de aferrarse a uno de los puestos de mejor tercero que pasarán a octavos.

Portugal parece haber unido su suerte a la de Ronaldo y el atacante no encuentra el camino del gol que hasta ahora le había izado al puesto de tercer máximo anotador de las Eurocopas. El madridista lo intenta con desenfreno y Portugal asiste impotente a esa búsqueda.