Irlanda seguirá el camino de sus vecinos del norte y, tras derrotar a una Italia llena de suplentes, se clasificó por segunda vez en su historia para la segunda fase de una Eurocopa, donde se medirá contra la anfitriona Francia.

Toda una hazaña para un equipo que juega con cinco jugadores de segunda división y que con corazón y abnegación completaron el pleno de equipos procedentes de las islas británicas en octavos de final.

Irlanda le puso fe a sus opciones, que pasaban por vencer a la subcampeona de Europa, una Italia que ya era primera y que saltó con un equipo plagado de suplentes pensando en el duelo del próximo lunes contra España de Saint Denis por un puesto en cuartos.

Irlanda, que ya jugó unos cuartos de final de un Campeonato de Europa, en 1964, cuando no había fase de grupos, se medirá en Lyon contra Francia, un rival que le dejó fuera del Mundial de 2010 en la repesca y con un gol con la mano de Thierry Henry.

Pero haberse clasificado para esa ronda es ya una gesta para la modesta selección del trébol, arropada por 20.000 gargantas que se trasladaron hasta Lille y cuyas voces resonaron en el imponente estadio.

Fue el último equipo en sacar el billete para los octavos, dejando fuera a Turquía, y lo hizo gracias a un gol en el minuto 85 de Brady que hizo justicia al empuje que le habían puesto durante el partido.

Italia encajó su primer gol de la competición y sumó su primera derrota. Antonio Conte solo alineó a tres jugadores de los que habían sumado las dos primeras victorias, Barzagli, Bonucci y Florenzi, que le dieron la primera plaza.