El Madrid revalidó, 22 años después, el título de campeón de Liga al derrotar al Barcelona en el cuarto partido de la serie por 91-84 y anotarse el 3-1 definitivo, con Sergio Llull como uno de sus jugadores más destacados.

Pese al buen comienzo del Madrid, por medio de Thompkins autor de los cinco primeros puntos del equipo (5-2, min.1), fue el Barcelona el que salió más centrado a la pista, consciente de lo que se jugaba, de que no tenía margen de error y de que su apuesta tenía que ser a todo o nada.

Tomas Satoransky y Ante Tomic canalizaron la furia ofensiva del Barcelona que, en comparación con los anteriores partidos, puso más defensa, más ataque, más contactos, más dureza y más de todo.

El marcador se torció para un Madrid que pareció menos centrado, 9-15 (min.4.20) y que llegó a perder por 9 puntos de diferencia (17-26, min.9) y que redujo al final del primer acto, 19-26.

El 19-30 a los 45 segundos de haberse reanudado el juego hizo saltar las alarmas en el Madrid y el primero en reaccionar fue Llull con dos triples consecutivos. El Barcelona comenzó a mostrar su defensa en zona y el equipo de Pablo Laso dio un paso en cuanto a entrega, ya que el balón no fluyó de forma tan natural y rápida como en partidos precedentes.

La garra del Real Madrid maniató al Barcelona y el marcador se fue estrechando hasta que un triple de Rudy, después de una gran acción defensiva, devolvió el mando en el marcador al Madrid, 36-34 (min.15).

A partir de ese momento, los dos equipos supieron que estaba en juego el devenir del partido y durante el resto el Madrid se sintió ganador, aunque el Barça se aproximó, pero solo por momentos.