De la mano de un imperial Cristiano Ronaldo, la selección portuguesa se metió ayer en la final de la Eurocopa tras poner punto final al sueño de Gales, que, a pesar de perder, se despidió ovacionada al haber escrito una maravillosa página en la historia del fútbol.

Portugal suplió su falta de juego con puntería. En tres minutos doblegó a su rival con un gol de Ronaldo y otro de Nani tras una asistencia del jugador del Madrid. El combinado luso se mete así en la tercera final de un torneo que aún no ha ganado y en la que se cruzará con el vencedor del choque entre alemanes y franceses.

Nunca antes Gales había llegado tan lejos en una competición internacional. Bale estuvo a la altura, pero no sus compañeros de batalla, que por primera vez en el torneo no dieron la talla.

La primera parte no dejó grandes ocasiones de gol. Los dos equipos salieron con mucha cautela y quizás el portugués con más nervios que su rival. Ronaldo no paró de pedir explicaciones al árbitro por el juego al límite de los galeses. Gales salió como de costumbre, encomendado a los superpoderes de Gareth Bale, cuyas arrancadas causaban pavor en la zaga portuguesa.

El partido se animó tras el descanso. A la salida de un córner, Ronaldo se elevó por encima de los defensores galeses y con un cabezazo magistral batió a Hennessey. Fue el tercer gol de Cristiano y el noveno en las cuatro Eurocopas que ha disputado por lo que igualó a Platini, hasta entonces el máximo goleador histórico.

Portugal noqueó así a los galeses, a los que no tardó en enviar a la lona. Tres minutos después, Ronaldo armó un centro chut, que desvió Nani lo justo para que el balón acabara en la red.