El portero Iker Casillas rememoró ayer en una entrevista con el diario L'Équipe la Eurocopa de 2008, en la que España se alzó con el trofeo, y recordó que Luis Aragonés era "como un abuelo" para los jugadores y el seleccionador que necesitaban en ese momento.

Era más que un seleccionador, señaló. "Alguien muy divertido. Tenía sentido del humor. A veces le costaba pronunciar los nombres. Antes de la final contra Alemania no se sentía muy cómodo al decir Schweinsteiger. Le llamaba 'Soustesi', 'Soustesti'. Era el tipo de cosas que nos divertía. Aliviaba la tensión y nos relajaba".

Casillas señaló que Aragonés aplicó en ese torneo decisiones, "drásticas o no", que "pensó que eran las mejores para el grupo después de haber dirigido a la selección en 2006, y que funcionaron bien".

El portero, que cierra con esa entrevista la serie dedicada por L'Équipe a la historia de la Eurocopa, dijo que su momento más emotivo fue recibir la Copa de manos de Michel Platini, y el más duro la ronda de penaltis contra Italia, en la que se impusieron por 4-2.

Casillas, al que todavía se le pone la piel de gallina al recordar después el gol de Fernando Torres en la final, dice que es una de esas cosas "que quieres guardar en la memoria para siempre",

"Es una mezcla de emociones con un montón de cosas: romper un maleficio que duraba 44 años, conseguir ganar una Eurocopa y alegrar a un país que atraviesa un momento difícil por la crisis", señaló el guardameta sobre el triunfo en la Eurocopa.

El capitán de la selección señaló que vio posible romper ese maleficio tras el encuentro con los italianos.

Las canciones que el central Sergio Ramos ponía para darle ambiente al grupo, según añadió, "eran casi peores" que la dieta estricta a la que les sometía el apodado como Doctor Hambre, Jordi Candel, durante su estancia en el campeonato.

Iker Casillas bromeó además con los rumores de que había un "espía" en la selección rusa, y concluyó que esa Eurocopa supuso un punto de inflexión para los jugadores de su generación, porque "tuvimos suerte, creímos en nosotros, había un buen ambiente y, sobre todo, porque jugamos muy bien y merecimos ganar".