Francia vive un momento especialmente duro para su deporte. Sin un ganador de Roland Garros desde 1983 (Yannick Noah) y del Tour desde 1985 (Bernard Hinault), ni siquiera ha logrado mantener la hegemonía de su selección de balonmano, quinta en la pasada Eurocopa ganada por Alemania y en la que España fue medalla de plata. Pero más dolorosas aún para los intereses galos han resultado las dos últimas grandes citas organizadas por ella: el Eurobasket de 2015, en el que España se llevaba el título tras superar en la final a Lituania, y la reciente Eurocopa de fútbol. Entre los vecinos "pobres" del sur, Portugal y España, y el "rico" del norte, Alemania, Francia no gana para disgustos.