El eslovaco Peter Sagan (Tinkoff), en su versión de Tourminator, volvió a imponer su magisterio al sprint para adjudicarse in extremis la decimosexta etapa, entre Moirans-en-Montagne y Berna, de 209 kilómetros, jornada de transición que mantuvo a Chris Froome al mando de la nave del Tour.

Sagan, de 26 años, alcanzó un triplete que puede salvar al equipo para la próxima temporada. Oleg Tinkov, el patrón, prometió que seguiría invirtiendo en el equipo si el eslovaco ganaba tres etapas. ¿Cumplirá su palabra? ¿Fue una broma?

Quien no faltó a la cita fue el corredor de Zilina, quien batió sobre la línea al noruego Alexander Kristoff (Katusha) y su compatriota Sondre Holst Enger (IAM), dentro de un primer grupo que incluía a todos los hombres de la general. El suizo Fabian Cancellara, ídolo local, lo intentó, pero solo fue sexto.

Froome arrancó otra hoja de su calendario. Jornada tranquila, pero rápida, que se cerró a una media de 47 por hora. El podio no se mueve la víspera del descanso y antes de la última traca de montaña. El británico tiene a Bauke Mollema a 1.47 minutos y al joven de Manchester Adam Yates a 2.45.

Nairo Quintana, por el que pregunta todo el mundo, es cuarto a 2.59 y Alejandro Valverde quinto a 3.17. Se espera la reacción del equipo español en el camino hasta París. De momento, Chris Froome sigue sorprendido "por la falta de ataques" de sus rivales.

La etapa servía de homenaje a un grande que deja el ciclismo a final de temporada: el suizo Fabian Cancellara, ilusionado como un juvenil por llegar con el Tour a Berna, su ciudad natal. Espartaco no pudo ofrecer una victoria a sus paisanos suizos, pero se dio un enorme baño de multitudes.

En el kilómetro 14 se formó una escapada de categoría, con el alemán Tony Martin, tres veces campeón del mundo contrarreloj, y su compañero francés del Etixx Julian Alaphilippe, ganador del Tour de California. Salieron disparados. En la primera hora de carrera cubrieron 49 kilómetros.

Un proyecto complicado, pues la penúltima oportunidad del Tour para los sprinters no la podían dejar escapar los guepardos del pelotón ni los equipos que aún no han conocido la gloria, casos del Katusha de Kristoff o el Direct Energie de Coquard.

Resistencia a ultranza del maestro del reloj y el aprendiz esperanza del ciclismo galo, quienes entraron en territorio suizo con el grupo a 3 minutos. No fue suficiente la ilusión ante la voracidad del pelotón, que derribó el muro a 22 kilómetros de meta, donde empezaba la etapa de verdad.

Enseguida, otro excampeón mundial, pero de ruta, el portugués Rui Costa (Lampre), lo probó en solitario con Berna a tiro de piedra. Sin éxito. El IAM jugaba en casa y se vino arriba, espoleado por el triunfo de Pantano en la víspera.

Lucha por la colocación y pelotón roto porque el final tenía trampa con algún repecho y una pendiente adoquinada al 6,5 por ciento de pendiente en la que resistieron los velocistas y sucedió lo previsto. Kristoff lanzó de lejos el sprint, iba directo a estrenar su casillero en la ronda gala y apareció vestido de verde Peter Sagan.

El eslovaco, que ganó el maillot verde, le quitó al noruego la victoria en el último centímetro. La foto delató que El Bicho hacía el triple y su séptima victoria en el Tour. Un ciclista de época. Cumplía 100 etapas, y entre todas ellas ha hecho 51 puestos en el top ten. Ahora falta que Tinkov cumpla su palabra. O se deje de bromas.

La caravana del Tour de Francia disfrutará hoy de la segunda jornada de descanso antes de afrontar las últimas etapas que tendrán como protagonista a la montaña. Mañana etapa suiza con final en la cima de Finhaut Emosson.