Ángel María Villar quiere ser el máximo responsable de la UEFA. El presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF) desde 1988 optará a presidir el máximo estamento del fútbol europeo en las elecciones del 14 de septiembre que se celebrarán en Atenas. Villar lleva ocupando ese mismo cargo desde que Michel Platini fuera inhabilitado por la FIFA el pasado mes de octubre.

El bilbaíno lo anunció ayer a través de la web del Federación Española. Mientras el holandés Michel Van Praag o el esloveno Aleksander Ceferin aireaban sus ganas de ocupar el despacho presidencial de Nyon (Suiza), la voz de Villar apenas se ha escuchado, pero hace cinco días, ante la asamblea de la FEF, ya hizo público que algunos dirigentes europeos le habían animado a optar a la presidencia de la UEFA, "cargo que sería un honor ocupar", añadió.

Villar entró en el Comité Ejecutivo en el año 1992 y desde el 2000 ocupa una de sus cinco vicepresidencias, ahora la primera. También preside la Comisión de Árbitros y es presidente suplente de la Comisión sobre el Estatuto, la Transferencia y los Agentes de Jugadores y Partidos. Es también un directivo consolidado de la FIFA y no se ha visto salpicado por el llamado escándalo FIFA Gate.

Antes del estallido de éste, en el Congreso de la UEFA de 2015, fue reelegido para seguir un mandato más como miembro del Ejecutivo de la FIFA -ahora denominado Consejo- y para ocupar una de las vicepresidencias de este organismo en representación del fútbol europeo. En 1998 entró en el Ejecutivo de FIFA y cuatro años después, tras la disputa del Mundial de Corea y Japón en 2002, llegó a uno de los puestos de las vicepresidencias que corresponden a Europa. En la FIFA preside también el Comité de Árbitros, el Legal y forma parte como miembro del Estratégico.

Trabajador incansable, tozudo o esquivo son algunos de los adjetivos que Villar ha escuchado sobre su persona, que ha convivido y convive con situaciones delicadas por fuertes discrepancias con el Consejo Superior de Deportes (CSD) y la Liga de Fútbol Profesional. Actualmente está a la espera de que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) resuelva un procedimiento de información reservada después de que el CSD pidiera su inhabilitación por un supuesto trato de favor al Recreativo de Huelva y del CD Marino Tenerife-Sur.

Un pronunciamiento del TAD en contra de Villar no alteraría demasiado su posición en UEFA y FIFA ni sus pretensiones de presidir la primera. Pero ni la tensión con el CSD ni el distanciamiento con la Liga son nuevas para Ángel María Villar. De hecho, en 2008 ganó un pulso al gobierno para celebrar las elecciones en la fecha que pretendía, en contra de la normativa que le obligaba a adelantarlas.

Este año, y dado que el fútbol español no se ha clasificado para los Juegos de Río de Janeiro, la FEF ya debería haber celebrado sus elecciones para elegir presidente, pero el CSD no ha aprobado aún el reglamento electoral por no ser acorde a la orden ministerial que regula el proceso. Su posible traslado a Nyon puede abrir espacio a quienes querían ganarle en las urnas: su todavía secretario general desde 2003, Jorge Pérez, y el presidente de CENAFE (Centro Nacional de Formación de Entrenadores), Miguel Galán.