"Que todos esos deportistas extranjeros pseudo-limpios respiren aliviados y ganen sus pseudo-medallas de oro en nuestra ausencia", escribió Yelena Isinbáyeva en su cuenta de Instagram visiblemente enojada.

La zarina, que se había mostrado "optimista" esta semana y esperaba terminar su carrera en Río con sus quintos Juegos, admitió: "Se esfumaron las esperanzas". "Siempre les asustó la fuerza", señaló.

El golpe es especialmente duro para Isinbáyeva, doble campeona olímpica (Atenas 2004 y Pekín 2008) y bronce en Londres (2012), que quería despedirse del deporte con un tercer oro al cuello.

A sus 34 años, la zarina de la pértiga recuperó el liderato en la disciplina después de un par de años de crisis al ganar el Mundial de Moscú (2013), tras lo que se tomó una pausa para ser mamá. La plusmarquista mundial se encontraba en un gran momento de forma, como demuestra el hecho de que en junio saltó 4,90 metros en los campeonatos nacionales, la mejor marca del año.

En estos momentos, sólo la saltadora de longitud Daria Klíshina, bronce en los Europeos en 2014 y campeona nacional en junio pasado, puede competir como deportista neutral en los Juegos al entrenar en Estados Unidos.

El equipo olímpico de Rusia continúa sus entrenamientos "pese a todo", afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, poco después de que el TAS dejara al atletismo ruso fuera de los Juegos de Río de Janeiro. "Sucede que nuestros deportistas tienen una agenda muy apretada, muchos están entrenando, ya que pese a todo continúan sus entrenamientos, muchos de ellos están fuera de la ciudad", dijo.

El portavoz señaló que de momento no puede decir si el presidente ruso, Vladímir Putin, se reunirá con los miembros del equipo olímpico. El fallo del TAS "es un crimen no sólo contra el deporte ruso, sino contra el deporte en general", dijo prensa la entrenadora del equipo ruso de gimnasia, Valentina Rodionenko, en un entrenamiento abierto a la prensa.