La llama olímpica llegó ayer a la ciudad de São Paulo, el corazón financiero de Brasil, después de 82 días de viaje por el país y cuando faltan doce para el comienzo de los Juegos de Río. María Esther Bueno, una de las glorias del tenis brasileño, y Marcos Vinicius, una de las esperanzas de tiro con arco, fueron algunos de los 260 porteadores que llevaron la antorcha en São Paulo, la ciudad más poblada de Brasil, a lo largo del día. Está previsto que la llama llegue a Río el próximo 4 de agosto.