La salida de jugadores españoles a la NBA es un goteo que no cesa. La atracción que ya de por sí tiene al ser la mejor liga de baloncesto del mundo se multiplica ahora por la cantidad de dinero del que disponen sus equipos para fichar gracias al nuevo contrato de televisión que acaba de entrar en vigor. Las franquicias de la NBA están obligadas a gastar al menos el 90% de los 94,1 millones extras que les llegan del nuevo reparto televisivo; cifras que explican los grandes sueldos que ofrecen y que su mercado sea cada vez más global.

Los equipos de la NBA llevan tiempo mirando para fuera y uno de los países en los que más se fijan es España. Si finalmente Juancho Hernangómez ficha por los Denver Nuggets, serán diez los jugadores con nacionalidad española que competirán la próxima temporada en la liga norteamericana. Un récord histórico. A los Pau y Marc Gasol, Mirotic, Ibaka, Ricky Rubio y Calderón se unirán este año Sergio Rodríguez -que vuelve a la NBA-, Abrines, Willy Hernangómez y, posiblemente, su hermano Juancho.

Un buen ejemplo de lo que supone la llamada de la NBA es Sergio Rodríguez. El base canario ha ofrecido su mejor baloncesto en el Madrid, con el que lo ha ganado todo en Europa. Tras cuatro frustrantes temporadas en la NBA, donde no terminó de encontrar un hueco, ahora vuelve a hacer las maletas para intentar quitarse la espina que tiene clavada. Un contrato de ocho millones de dólares también le ha ayudado a tomar la decisión. El Chacho jugará en uno de los peores equipos de la pasada campaña, los Philadelphia 76ers, un conjunto que sólo ganó diez partidos de 82 en la temporada regular. Las perspectivas de los Sixers no son mucho mejores para la próxima. El objetivo del canario será hacer un buen año en lo individual que le permita ganarse un mejor contrato, ya que sólo ha firmado por una única temporada.

Otro que sale muy bien parado de su viaje a Estados Unidos es Álex Abrines. El que fuera alero del Barcelona firma por tres campañas con Oklahoma a razón de seis millones de dólares por año. En su caso se incorpora a una franquicia con mejores perspectivas. Oklahoma es un equipo que suele jugar los play offs por el título y que ha estado en las últimas temporadas entre los candidatos a ganar el anillo de campeón. Unas opciones que se rebajan ahora con la pérdida de su gran estrella, Kevin Durant. También deja los Thunder Serge Ibaka, que ha fichado por los Magic de Orlando.

En total los españoles que compitan la próxima temporada en la NBA ingresarán cerca de 100 millones de dólares. Todos los salarios de los jugadores de la ACB sumados están lejos de esa cifra. El contraste entre la opulencia de la NBA y la situación por la que atraviesa la liga española. El sueldo que percibirá Willy Hernangómez en los Knicks, 1,5 millones, el más bajo de todos los españoles en la NBA, es lo que gasta la mayoría de los equipos de la ACB para toda la plantilla. Salvo Madrid y Barcelona, que destinan unos 20 millones cada uno, y equipos como Gran Canaria, Unicaja, Baskonia o Valencia, que pueden superar los 5 millones, el resto luchan por sobrevivir con lo mínimo. Y en muchos casos sin éxito. El Guipúzcoa Basket ha renunciado a la ACB al ver que no era competitivo y se ha inscrito en la LEB Oro, la categoría en la que, por ejemplo, juega el Leyma Básquet Coruña. Un panorama negro de deudas e impagos el de una competición en la que la diferencia de nivel entre el Madrid y el Barcelona con el resto de contendientes en la pelea crece al ritmo que pierde interés por ser demasiado previsible.

La consecuencia es que cada vez son más los jugadores que deciden hacer las maletas. Muchos incluso prefieren ofertas de la liga universitaria de Estados Unidos, donde les garantizan formación, a jugar en España. Los mejor pagados de Europa, gente como Rudy Fernández o Juan Carlos Navarro, están en torno a los 3 millones de euros (a diferencia de la NBA los sueldos en la ACB no son públicos). Abrines, que no estaba en ese selecto club, pasará a cobrar 6 millones en una competición en la que tiene todo por demostrar. En el peor de los casos tiene garantizados 18 millones en tres años. Si le va mal siempre podrá volver, y si le va bien su sueldo se multiplicará. Y es que la NBA hace ofertas que no se pueden rechazar.