Una vez que se confirmó que no estaría en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de este verano, Carlos Arévalo puso todas sus fuerzas en preparar el Campeonato del Mundo sub 23 que desde hoy y hasta el próximo domingo se disputa en Minsk (Bielorrusia), donde ya lleva varias días aclimatándose al campo de regatas. El momento del deportista del Ría de Betanzos ha llegado y no lo quiere dejar escapar. El oro es su objetivo, aunque el alemán Max Lemke, el húngaro Balazs Birkas, el ruso Oleg Gusev, el letón Deniss Volkovs y el bielorruso Dzmitry Tratsiakou intentarán impedírselo. Ellos pueden ser sus principales rivales en la final del domingo, pero antes tendrá que superar otras dos etapas: eliminatorias (mañana) y semifinales (sábado).

El betanceiro entrará en liza mañana en la tercera de las cinco series del K1 200 metros, programada para las 16.30 horas. Irá por la calle cuatro. Sus rivales serán Shawn Kaho'Okele (Estados Unidos), Abdusattor Gafurov (Tayikistán), Youyong Chu (China), Oleg Gusev (Rusia), Hugo Rocha (Portugal), Vladimir Kartushin (Kazijistán) y Sadegh Zamani (Irán). Tiene relativamente fácil el pase a las semifinales del sábado (16.30 horas) porque lo consiguen los siete primeros, es decir, solo que quedará uno fuera. Para estar en la gran final del domingo, donde estarán en juego las medallas a las que ansía, tendrá que quedar entre los dos primeros de su serie de semifinales - habrá cuatro- y si no, lograr el mejor tiempo de los terceros clasificados.

Escándalo de dopaje en Rusia

El objetivo es alcanzar una final que se le escapó en el pasado Mundial absoluto, cuando todavía formaba pareja con el lucense Cristian Toro en el K2 200 metros. En aquella ocasión, el barco ruso fue el que les dejó, por un solo puesto, fuera de la lucha por las medallas. En él viajaba Alexander Dyachenko, ahora apartado de los Juegos Olímpicos de Río 2016 por su implicación en el escándalo de dopaje revelado por el informe McLaren. El palista ruso, rival del coruñés en los últimos cuatro años, se proclamó campeón olímpico en Londres 2012 y también fue oro en el Mundial de 2013, con el del Ría de Betanzos en la séptima posición.

"Se cayó un mito", reconocía ayer Arévalo, que cree que es sospechoso que de repente haya empezado a bajar el nivel de algunos países que hace años eran muy fuertes. La Federación Internacional de Piragüismo ha sido una de las más duras a la hora de afrontar la participación de Rusia en Río. Excluyó a cinco palistas, incluido Dyachenko, así como a todo el equipo rumano y bielorruso.