Cristian Toro (Venezuela, 1992) nació el mismo año en el que se disputaron los Juegos Olímpicos de Barcelona. El destino deportivo le ha colocado junto a Saúl Craviotto en el K-2 200 metros de Río de Janeiro, después de formar pareja durante tres años con el coruñés Carlos Arévalo. Toro fue campeón de Europa, tiene varias medallas de plata en las competiciones internacionales de la categoría sénior y también júnior. Afincado en Viveiro desde los once años se embarcó en el piragüismo después de probar fútbol y kárate. Las palas se han convertido en sus grande aliadas.

-Usted y Craviotto fueron las estrellas en el Preolímpico y ya les consideran favoritos en Río. ¿Están tan bien de forma?

-Nos salió bien ya que fue una preparación exigente. Teníamos solo una opción para conseguir la plaza olímpica y la aprovechamos. Nos salió todo perfecto, pero hay que analizar el momento en el que se realizaron las regatas. Ahora hemos completado otro ciclo. Ganas no faltan.

-¿Pero no puede negar que superaron a rivales cualificados?

-Es cierto. No debemos olvidarnos de eso, pero tampoco caer en la euforia. En los Juegos Olímpicos no hay favoritos por muchas cosas buenas que realices en los meses o años anteriores.

-¿Se han preparado bien?

-Sí. La preparación ha sido la correcta. Tuvimos que parar un poco después de la Copa del Mundo, pero ahora estamos bien. Los plazos son los correctos.

-Es una prueba de 200. ¿Demasiado corta para que un error pueda ser fatal?

-No hay estrategia. Es salir a tope desde el principio, estar coordinado con tu compañero y dar el máximo. Hasta es complicado saber dónde están los rivales.

-¿Mucha exigencia y tensión?

-Es la distancia que es. Hay especialistas en otras. En 200 se requiere fuerza y técnica, sobre todo en los barcos dobles.

-Usted y Saúl Craviotto se unieron en el mes de marzo para formar este equipo. ¿Fue sencillo el acoplamiento?

-Desde el primer día sentimos buenas sensaciones. Cuando decidimos probar ya nos dimos cuenta de que las cosas podían ir bien. Después fue una cuestión de ajustar algunas cosas y de trabajar duro. Pero debo reconocer que desde el primer momento nos sentimos cómodos y con fuerza.

-¿Qué le aporta Craviotto?

-Muchas cosas, sobre todo experiencia. Sabe controlar y manejar los tiempos, tanto en la competición como fuera de ella. Se le nota en todos los detalles. Es un deportista diez, sin duda.

-¿Y cuál es su aportación?

-La ilusión, las ganas, el esfuerzo y todo lo que pueda. No me dejo nada en cada entrenamiento ni tampoco en la competición. Saúl me lleva, pero también yo le empujo. Saúl Craviotto y yo somos un equipo perfecto.

-Craviotto ya tiene medallas olímpicas y usted busca la primera. ¿Es más tensión para usted?

-La tensión y la responsabilidad es compartida. Estoy seguro que él busca la tercera. Por lo tanto, estamos en la misma línea para conseguir el objetivo. Sin duda será complicado, pero lo vamos a intentar.

-¿Sueña o cree en la medalla?

-Sueño y creo en realizar una buena regata. Ni me asusta la responsabilidad ni tampoco la presión. Lo ideal es hacer las cosas lo mejor posible y después analizaremos el resultado final. Estamos trabajando bien y eso me da también tranquilidad.

-Muchas miradas de los rivales van dirigidas a ustedes. Incluso en Alemania se decía que eran el barco a batir. ¿Lo siente?

-No. Los excesos nunca me gustaron. Los rivales son duros y exigentes. Ya les conocemos. Nosotros vamos a lo nuestro y queremos hacer las cosas bien, como hasta ahora. El gran desafío es llegar al cien por cien en todos los aspectos a la regata decisiva.

-Se habla del virus zika y de la seguridad en Río como principales preocupaciones. ¿También lo considera así?

-La ilusión y las ganas de estar en unos Juegos Olímpicos hace que se superen todos esos posibles temores. Yo lo que quiero es competir y estar allí. Lo demás no me preocupa, sinceramente.

-¿Tiene prensado el poder hacer alguna celebración especial si logra la medalla?

-No. Primero competir. Después ya se verá.