Un salto de 8,17 metros en Monachil (Granada) permitió al marinense Jean Marie Okutu convertirse en el último en unirse a la lista de gallegos olímpicos. Días antes había sufrido la decepción de quedarse a un centímetro de la final en el Europeo de Ámsterdam. Pero no dejó que pesara el desánimo. Se rearmó y acudió a Monachil a quemar su último cartucho. El día antes de que se cerrara la clasificación olímpica volaba hacia Río batiendo su propio récord gallego. Fue un buen salto, pero es consciente de que puede hacerlo mejor y quiere lograrlo en Río de Janeiro.

-¿Qué sintió en el homenaje en Marín cuando logró la mínima?

-Estaba muy emocionado. Fue una sorpresa. Vinieron mis amigos, mi madre y mi hermana y toda la gente que me ha estado apoyando y fue muy emotivo.

-Costó mucho lograr ese salto de 8,17 metros que le dio el billete olímpico. Lo hizo el último día hábil para hacer marca.

-Ya para los Juegos de Londres lo había intentado y no me salió. Estos años me encontré bien, estuve saltando bien, consiguiendo el billete para Mundiales y Europeos, pero aun así no me daba salido una gran marca. Para Río me salió la mínima y la verdad es que me veo para muchísimo más, pero bueno, por ahora la marca no está nada mal.

-Una mínima muy exigente la que pedía la IAAF.

-Ya nos lo decía Ramón Cid (director técnico de la Federación Española), que la exigencia de estas mínimas ha sido muy alta, pero hemos sabido estar a la altura. De los anteriores Juegos a estos las cosas se están poniendo más duras pero la IAAF estableció así las mínimas y había que cumplirlas.

-¿Qué espera de su primera participación olímpica?

-La mínima era el objetivo principal, lo más difícil de la temporada. Ahora que ya está conseguido toca pensar en cómo afrontarlo y poco más, sin agobios, sin bloqueos, disfrutando. Solo así las cosas salen bien.

-¿Cuál será su estrategia?

-Allí hay que pensar que es un campeonato más. Son unos Juegos, pero al fin y al cabo es una cita más, como un Mundial o un Campeonato de Europa, y al fin y al cabo hay que ir y hay que afrontar la primera ronda, las calificaciones, dar el salto para pasar el corte y luego, en la final, pelear por todo lo que venga, no hay que conformarse con nada. Ya estar allí es un premio y, estando bien, no hay nada que perder. Hay que arriesgar e ir a por todas.

-¿Piensa en alguna marca en concreto?

-No quiero pensar en marcas, porque al final acabas poniéndote limitaciones. Yo sé que estoy bien, que puedo saltar mucho más de 8,17 metros y solo tengo que quedarme con eso, con las buenas sensaciones, con que iré mejorando y con que hay que ir a por más.

-Supo reponerse de la mejor manera de la decepción del Europeo de Ámsterdam, donde se quedó a un centímetro de la final.

-En el momento en el que me quedé fuera en Ámsterdam, evidentemente estaba afectado, pero sabía que aún quedaba una última oportunidad y no me permití estar de bajón ni perder más tiempo. Había que olvidarse de eso y pensar en la siguiente prueba, y fue lo que hice.

-Y una vez que realizó en Granada ese salto de 8,17 metros, ¿qué se le pasó por la cabeza?

-Todo el tiempo que llevaba luchando por la mínima. También pensé en la familia, que siempre ha estado apoyándome, en todo mi equipo, sobre todo en mi entrenador, que nunca perdió la esperanza y estuvo ahí siempre.

-¿Cómo llega físicamente?

-Mi planificación estaba pensada para hacer la marca en junio. Pero no iba saliendo e iba arrastrando prueba tras prueba. Ahora mismo estoy bien, pero lo que pasa es que llevo bastantes competiciones y eso se nota, pero no hay que pensar en ello. Hay que recuperarse, descansar y pensar en Río a tope.

-¿A quién le atribuye el papel de favorito en Río?

-Pensar en favoritos no vale de nada. Influyen muchas cosas: el viento, si llueve, la calificación, el día que tengas... Puede pasar de todo y eso se ha estado viendo en los últimos años, siempre el que es favorito o llegaba con la mejor marca del ranking luego es superado por el segundo o tercero. Hay que llegar allí, competir bien y demostrar que estás en un buen estado de forma y que eres el mejor. Si tuviera que destacar a alguien sería al británico Greg Rutherford, que lleva desde Londres ganándolo todo. Es el mejor. Siempre está ahí y demuestra que es un gran competidor y va a por todas siempre.

-¿Quién es su referente en el salto de longitud?

-El cubano Iván Pedroso. Me pasaba horas viendo vídeos suyos, viendo su técnica. Además es una persona fantástica. Cuando conseguí la mínima me felicitó y me dijo que estaba para saltar más, que no me conformase con lo logrado.

-¿Qué deportistas le gustaría ver en acción?

-Ya que estoy allí me gustaría ir a ver algún partido de Estados Unidos de baloncesto, porque me gusta mucho la NBA. Y luego ver a Phelps o a Bolt, los grandes gigantes del deporte. Me haría ilusión.

-¿Preocupado por los temas extradeportivos de Brasil?

-Estuve hace unos meses allí, en el Iberoamericano, y no había mal ambiente, todo estaba tranquilo. La gente estaba muy involucrada con todo. No creo que suceda nada porque son conscientes de la magnitud del evento que van a acoger.