"No volveré a verla como una rival limpia". Para la lituana Ruta Meilutyte, el primer positivo de la rusa Yuliya Efimova, su principal rival en las pruebas de braza, supuso igual o mayor decepción que al resto de la natación mundial. En su caso, por todos los manos a mano por las medallas que habían protagonizado hasta entonces. Pese a su dopaje, tuvo que volver a verse las caras con ella en la piscina. Hasta que la rusa volvió a dar positivo. Pese a todo, su participación en Río parecía un hecho hasta la salida a la luz del denominado informe McLaren, en el que se daban pruebas de un dopaje de estado en Rusia. El escándalo provocó que el COI decidiera que cada Federación Internacional decidiera sobre la participación de deportistas de este país en los Juegos e impuso condiciones muy duras para los que finalmente superasen el veto, como no haber dado nunca positivo. Eso excluyó directamente a Efimova, pero la FINA también apartó de Río 2016 otros seis nadadores rusos: Daria Ustinova, Mikhail Dovgalyuk, Natalia Lovtcova, Anastasia Krapivina, Vladimir Morozov y Nikita Lobintsev, estos dos últimos a pesar del recurso que interpusieron por haber pasado todos los controles antidopaje que pasaron.