España pone a prueba esta tarde una de sus opciones más claras de medalla. En Alejandro Valverde y, en menor medida, en Purito Rodríguez hay puestas muchas esperanzas de cara a la prueba de ciclismo en ruta que se disputa en el diabólico recorrido que la organización ha diseñado en Río de Janeiro.

Se relamen los aficionados soñando con una prueba difícil de gobernar por el perfil y por la limitación que supone disponer de solo cinco corredores por equipo. España se ha puesto de forma descarada en manos de Alejandro Valverde. El murciano está de forma evidente detrás de la composición del equipo que dirige Javier Mínguez. Ion Izagirre, Imanol Erviti y Jonathan Castroviejo -tres compañeros suyos en el Movistar- han sido los elegidos. Purito aparece en el grupo como el encargado del plan B en caso de que las piernas de Valverde flaqueen en un circuito bueno para sus características, pero que le obligará a dar lo mejor en unas condiciones además complicadas por el calor y la humedad.

Nunca en la prueba en ruta de ciclismo los corredores se han enfrentado a un diseño tan duro. Y eso que se ha reducido ligeramente el recorrido que se ha quedado en los 237 kilómetros en los que los ciclistas deberán hacer durante las seis horas que estarán sobre la bicicleta (la llegada podría producirse hacia las ocho de la tarde, hora española). El recorrido tiene dos partes diferenciadas. En la primera se darán cuatro vueltas al circuito Grumari, que cuenta con dos ascensos: Grumari (1,2 kilómetros al 9%) y Grota Funda (2,1 kilómetros al 4,5%). Después de ese tramo los corredores se desplazarán al segundo de los "circuitos" que será donde se decida la prueba: Vista Chinesa. Aquí deberán superar tres veces un ascenso de casi nueve kilómetros con una pendiente media del 6%. Con escaso descanso entre ellos, ideal para destrozar unas piernas que estarán hinchadas de tanta subida corta y explosiva. Tras la última ascensión, un descenso de seis kilómetros y veinte de llano hasta la meta. Duele solo de imaginarlo.

En este escenario son evidentes las posibilidades de Alejandro Valverde si España es capaz de gobernar la carrera y de trabajarla bien tácticamente. La experiencia dice que las pruebas en ruta en los Juegos Olímpicos son diferentes a las demás y que más que nunca está abierta la posibilidad de una sorpresa. España tiene la pequeña ventaja de que cuenta con cinco corredores en el equipo (junto a Bélgica, Colombia, Gran Bretaña, e Italia) mientras otros países como Países Bajos, Alemania, Francia, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovenia, República Checa, Suiza o Australia deben conformarse con cuatro ciclistas. Aquí no es tan sencillo echar abajo las escapadas como en las grandes pruebas por etapas y España tiene que andar con las orejas tiesas desde la salida.

Aunque la carrera tiene importantes ausencias, el elenco de corredores que se alinearán en la salida es extraordinario. Bélgica tiene una gran escuadra con tres ciclistas capaces de moverse muy bien en este terreno (Van Avermaet, Wellens y Gilbert); Gran Bretaña apostará por Chris Froome a quien se vio acabar el Tour con piernas aún frescas y sin que se le exigiera demasiado aunque también puede explotar a Adam Yates o Geraint y luego está Italia. Pocos corren tan bien como los trasalpinos en esta clase de carreras. Su apuesta decidida es Nibali -que acabó el pasado Tour de Francia dando una gran impresión y lleva meses con la medalla olímpica entre ceja y ceja-. Junto al Tiburón Aru será la segunda opción y los encargados de controlar la carrera De Marchi, Rosa y Caruso.

El suizo Cancellara, los franceses Bardet y Alaphilippe , el polaco Kwiatkowski, el portugués Rui Costa, los holandeses Poels y Mollema, el checo Stybar, el australiano Porte...el abanico de corredores con opciones es grande. Mucha gente a la que controlar, pocos ciclistas para hacerlo. España -y Valverde en concreto- siempre han mostrado un déficit táctico que les ha conducido a tristes derrotas, como aquella del Mundial de Florencia que pescó Rui Costa. Esa parte es la que han querido solucionar con la masiva presencia del Movistar. Y luego que las piernas del murciano resuelvan en medio de un escenario lleno de trampas.

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