Mantener la línea de buenos resultados y conquistar su tercera Liga consecutiva. El Barcelona, referente en los últimos años del fútbol español, se enfrenta a uno de su grandes desafíos históricos. Solo Johan Cruyff y Pep Guardiola encadenaron tres triunfos consecutivos en los últimos tiempos. Es el momento de confirmar si el equipo catalán es capaz de igualar estos números. Real Madrid, como siempre, y el invitado especial Atlético de Madrid se presentan como obstáculos en su camino. Otros ya se han superado, como la renovación de Neymar. Pero el ambiente se mantiene siempre convulso. Luis Enrique se enfrenta al dilema de elegir entre dos porteros de notable calidad, Ter Stegen y Bravo. También el de manejar con más criterio las rotaciones, algo que casi le cuesta un disgusto la temporada pasada.

Sin fichajes de relumbrón y con una estructura futbolística que se basa en Neymar, Luis Suárez y Messi, el Barcelona apuesta por lo mismo. Y lo hace desde la base de haber ganado la Supercopa de Europa, el Mundial de Clubes, la Liga y la Copa del Rey la temporada pasada. Argumentos sólidos, aunque en el maldito entorno de la entidad no parecen suficientes estos argumentos.

Comenzar bien y terminar mejor la temporada es lo que tiene por delante el grupo del técnico asturiano. Para ello deberá buscar el recambio a Dani Alves, la ausencia más sonada con respecto al pasado ejercicio. Faltarán en el Barcelona sus medidos y espectaculares centros. De eso sabe bien Luis Suárez, que se aprovechó de muchos de ellos.

Todo el poder del Barcelona pasa por su tres delanteros, aunque no se descarta que pueda llegar un cuarto. El Valencia no quiere traspasar a Paco Alcácer, algo normal. Solo el dinero podría permitir que se realice la operación. Y el club catalán no está dispuesto a aumentar su artillería con una gran inversión económica.

Gestión del vestuario

Manejar los tiempos y las situaciones fue el problema que tuvo el Barcelona la temporada pasada. En ese escenario, Luis Enrique sufrió. Apostó casi siempre por los mismos jugadores y casi le sale caro. Tenían el título de liga en su bolsillo, pero la relajación y el cansancio de algunas de sus estrellas le pasaron factura. Sin embargo, lograron al final superar en un punto a un ambicioso y desesperado Real Madrid.

Las cuentas cuadraron. Pero también se tomó nota de ello. Se apuesta otra vez de forma decidida por la cantera, algo que sucedió en temporadas anteriores. Se busca poseer dentro de la plantilla más recursos y también fortaleza para los momentos complicados. El Barcelona posee un calendario cargado.

Otra de las filosofías que se manejó en el club fue la de rejuvenecer el vestuario. Algunos de los intocables están próximos o superan los 30 años. Ese es uno de los principales motivos por los que se recuperó a Denis Suárez y también a André Gomes.

De ellos se espera mucho, aunque queda la incógnita de saber si se adaptarán a un esquema tan exigente y de tanta calidad como el del Barcelona.

Al margen de ello, los focos volverán a estar en Leo Messi. El argentino todavía no se ha quitado de la cabeza la derrota en la Copa América con la selección Argentina. Un disgusto que pasará con el tiempo, pero que debe mantener en alerta a Luis Enrique. Messi se encuentra en una edad ideal para volver a ser el gran protagonista. Sabe que es desequilibrante y que su figura impone respeto.

El carácter de Luis Suárez también es otro detalle a tener en cuenta. El delantero no se arruga ante los adversarios, pero tanta efusividad puede costarle caro. Y el tercero es Neymar. Todavía no se ha incorporado al grupo, ya que se encuentra disputando los Juegos Olímpicos en Brasil. Dosificar su esfuerzo será otra de las tareas para el entrenador.

Otras de las aportaciones importantes serán las de Iniesta y Busquets. El primero de ellos sigue siendo uno de los futbolistas más importantes, pero en la pasada campaña perdió algo de frescura. Luis Enrique le dará galones, como corresponde a un jugador con tanto talento. Su rendimiento es una incógnita y también se debe dosificar. Busquets es uno de los jefes en el centro del campo. Recuperador y pasador, para muchos es uno de los titulares indiscutibles.

El entrenador también sintió alivio cuando se confirmó que Mascherano seguiría en el equipo. Junto a Piqué conforman un muro en la zaga. El argentino recibió ofertas de algunos equipos y su continuidad estuvo en el aire. Sin embargo, decidió quedarse en un gesto de compromiso con la entidad. El técnico se lo agradecerá. Por lo tanto, el Barcelona mantiene el mismo bloque con respecto a la pasada temporada.