La leonesa Carolina Rodríguez echó el cierre a su carrera deportiva en el mejor escenario, los Juegos Olímpicos, y con su mejor actuación, una octava plaza en la final individual de la gimnasia rítmica.

Rodeada de gigantes de este deporte como las rusas Margarita Mamun y Yana Kudryavtseva, oro y plata, a las que saca 10 y 12 años, Rodríguez tuvo técnica, físico y cabeza para codearse con todas ellas, superar a dos de las participantes en la final y atar ese octavo puesto.

"No hay mejor sitio que este para decir adiós", comentó al terminar de competir. "Después de estar en la final olímpica, retirarme en una copa del mundo o en un campeonato de Europa me parecería una pijada".

Como en la jornada de clasificación, en la que acabó séptima, las mazas fueron las mejores amigas de Rodríguez. Se llevó un 17,700 en un aparato en el que fallaron muchas de las finalistas; a Kudryavtseva, de hecho, le costaron el oro. Sumó a esa nota un 17,616 en aro, un 17,683 en pelota y un 16,950 con la cinta, que se le cayó. El total, 69,949. "Aunque hubiese cogido esa cinta, daba igual, iba a estar en el mismo puesto", afirmó Carolina. "El púbico ha sido bestial. Estaba volcado conmigo" , reconoció.