El francés Alexandre Geniez (Francaise) logró una victoria tan emocionante como agónica en la tercera etapa de la Vuelta disputada entre Marín y el Mirador de Ézaro, de 176,4 kilómetros, primer final en alto donde el español Rubén Fernández (Movistar) se convirtió en nuevo líder.

Geniez, nacido en Rodez hace 28 años y ganador de una etapa de la Vuelta 2013 en su propio país, en la cima de Peyragudes, logró sacar brillo a la escapada del día en la Costa da Morte, en la cima del Mirador de Ézaro, donde entró con 21 segundos sobre Rubén Fernández.

El murciano, de 25 años y ganador del Tour del Porvenir en 2013, compartió la gloria con el francés. No solo llevó las riendas del Movistar en las terribles rampas del último kilómetro, sino que sacó fuerzas para adelantarse y enfundarse la roja. Un premio a su esfuerzo en las terribles rampas de hasta el 30 por ciento del coloso gallego.

Tras Fernández, los favoritos, los llamados al primer examen en alto. Llegaron juntos, a 26 segundos del vencedor, Alejandro Valverde, Chris Froome y Esteban Chavez. A 6 segundos de los citados Nairo Quintana y a 28, en una nueva cesión, Alberto Contador.

Un test donde la herida quedó en la piel del ciclista madrileño, alejado en la general a 1.20 minutos, diferencia no definitiva, pero significativa cuando solo se han disputado tres etapas. Los favoritos asoman ya en la general. Rubén Fernández lucirá el jersey rojo en la cuarta etapa con 26 segundos sobre Valverde, Froome y Chaves y 32 respecto a Quintana.

La tercera etapa gallega era otro test para los candidatos. La escapada inicial la formaron Smukulis (Katusha), Geniez (Francaise), Serry (Etixx), Pellaud (IAM), Cousin (Cofidis), Selig (Bora) y David Arroyo (Caja Rural).

El grupo llegó en armonía al Alto de Lestaio (3ª categoría, 8,3 kilómetros al 5,3% de desnivel), donde el suizo Pellaud decidió romper el orden para marcharse en solitario dispuesto a alegrarse la vida en la Costa da Morte.

Pellaud, un valiente, se lo tomó en serio mientras aguantaba la persecución de sus compañeros de fuga. Por detrás solo el Sky mostraba interés en reducir diferencias. Con un retraso de 6 minutos la victoria se iba a gestionar delante.

El ciclista helvético solo vivió un espejismo. Pagó el desgaste y cedió en el Alto das Paxareiras (2ª, 9,3 kms al 5,4%), donde fue atrapado por Geniez y Serry. Tres contra todos y la ventaja menguando camino de la tortura final.

Espectáculo y emoción hasta el final. La pared de Ézaro dejó seco a Serry y obligó a retorcerse a los grandes. Aguantó Geniez, a duras penas, pero con un puñado de segundos suficientes para volver a levantar los brazos en la Vuelta.