El Villarreal fue incapaz de deshacer el entuerto de la fase previa de la Liga de Campeones contra el Mónaco (1-0), cayendo en el estadio Louis II con un solitario gol de penalti en el minuto 90 y estando condenado a jugar la Europa League después de firmar un partido de vuelta en el que apenas logró incomodar a su rival pese al 1-2 desfavorable del primer partido.

Dos tantos le hacían falta al Villarreal para meterse en la fase de grupos de la Champions y los amarillos, aunque necesitados, no tiraron la casa por la ventana en busca del gol en el comienzo. Ambos cuadros plantearon un partido práctico, con escasas complicaciones en la elaboración, pero los locales acabaron adueñándose del juego con el paso de los minutos y llevándose también el triunfo en el tramo final.

Los de Fran Escribá necesitaban reaccionar y Asenjo se convirtió en su mejor baza, salvando al equipo en varias ocasiones. Poco incisivos, no consiguieron sumar remates hasta el minuto 39, momento en el que Santos Borré tuvo en sus pies un mano a mano con todo a su favor, pero Subasic le ganó la partida. La ocasión despertó a los españoles, que empujaron en los minutos postreros de la primera mitad y llegaron a reclamar penalti por mano de Raggi a la salida de un córner, aunque sin premio.

Por tanto, el cronómetro empezó a jugar seriamente en contra del Villarreal, quien se vio con únicamente 45 minutos para voltear la eliminatoria. Sin tiempo para especular, el conjunto español pagó caro su conservadurismo en el arranque y se vio obligado a enfilar el área contraria con mayor determinación, tratando de sacar oro de balones colgados que se toparon una y otra vez con los defensores rojiblancos.

Los castellonenses acusaron sus bajas especialmente en ataque ante la escasez de recambios en el banquillo que revolucionasen el choque y estuvieron acompañados de una falta de ideas irresoluble. Para más inri, Fabinho acabó poniendo la puntilla en la eliminatoria desde los once metros, después de que el colegiado Jonas Erikson interpretara penalti tras un centro que se estrelló en la espalda de Mussacchio.

Víctima de su propia falta de acierto, el equipo amarillo desperdició su oportunidad de regresar a Champions cinco años después y se une a Celta y Athletic Club en la Liga Europa.