El belga Gianni Meersman (Etixx), el mismo que se llevó el primer sprint de la Vuelta en Baiona, volvió a levantar los brazos en la quinta etapa disputada entre Viveiro y Lugo, de 171,3 kilómetros, que finalizó envuelta en caídas y con el colombiano Darwin Atapuma (BMC) al frente de la general. Un final accidentado que seleccionó a un grupo de 15 corredores, donde volvió a aparecer imbatible Meersman para firmar el doblete ante la oposición del italiano Fabio Felline (Trek) y del francés Kevin Reza.

El pelotón fue llegando con cuentagotas, cortado por los accidentes de última hora. El nerviosismo por coger la posición y las fuerzas intactas en el principio de la Vuelta provoca situaciones de máximo peligro. El holandés Steve Kruijswick (Lotto Jumbo) fue el más afectado con la clavícula maltrecha. Adiós a la Vuelta.

Los favoritos mantuvieron las posiciones en la general. Al producirse el accidente en el último kilómetro el tiempo fue el mismo para todos. Atapuma retuvo la roja y aventaja en 29 segundos a Alejandro Valverde, en 33 a Chris Froome y 39 a Esteban Chaves y Nairo Quintana. Alberto Contador es decimotercero a 1.53 del líder.

"La caída se produjo delante de mí y tuve la suerte de saltar por encima de la pierna de un ciclista. Para mí, fue un día tranquilo, pero siempre existen nervios porque aquí se lucha por un segundo como si fuera un minuto", explicaba el ciclista de Pinto, Alberto Contador al final de la carrera.

Después de días soleados se presentó la lluvia en Viveiro para el trayecto lucense hasta la capital. Contra viento, agua y algunos relámpagos saltó de inmediato el portugués Machado dispuesto a escribir una bonita historia triunfal. El luso se llevó al francés Morice, del Direct Energie, compañero de Calmijane, el héroe anónimo de la víspera en San Andrés de Teixido.

El guión escrito de antemano marcaba desenlace al sprint. No habrá muchas más oportunidades, por lo que los equipos de los velocistas que no se asustaron por el recorrido enseguida ayudaron al BMC del líder en la persecución. Se lo tomaron en serio cuando la renta pasó de los 7 minutos.

Machado cargó las pilas en el avituallamiento, a 75 de meta. Decidió tentar a la épica abandonando a Morice a su suerte. Restaba la peor parte del recorrido. El portugués se merendó el Puerto de Marco de Álvare en solitario y marchaba con las ilusiones intactas, ajeno a lo que se cocía en el grupo.

El Trek, Etixx y Giant tiraban a piñón de un pelotón cada vez más estirado, que a 44 kilómetros para la línea de meta tenía a Machado a 3.30. El BMC rodaba encantado de ceder el mando una vez asegurado el maillot de Atapuma, así como el Sky de Froome y el Movistar de Valverde y Quintana. Los ilustres guardan fuerzas para la montaña.

Lo inevitable se produjo a 14 kilómetros de meta. El pelotón fue una muralla insalvable para Machado, pero el corredor del Katusha se llevó el premio al combativo del día. La lucha por imponer un tren hizo que se cortase en la zona ascendente.

A 2 de meta, el belga Philippe Gilbert y el australiano Simon Clarke trataron de sorprender sin éxito. La suerte estaba echada, pero fueron las caídas las encargadas de marcar la suerte final. El batacazo de Gesink rompió el grupo. Quedaron al frente 15 corredores. Entre ellos Gianni Meersman. El belga se ha convertido en el mejor sprinter con dos victorias. Hoy se disputa la sexta etapa entre Monforte de Lemos y Luintra, de 163,2 kilómetros.