Había firmado un partido sin brillo Toni Kroos, que salió al rescate del Madrid con un disparo desde la frontal, a nueve minutos del final, para dar el triunfo a su equipo ante un buen Celt, que acarició puntuar con una mejora de imagen.

El intenso calor marcó el duelo del Santiago Bernabéu. Los 32 grados provocaron un excesivo castigo al esfuerzo en un Madrid que quería confirmar las buenas sensaciones de su inicio de temporada y un Celta que deseaba modificar la imagen dejada en Balaídos, sorprendido por el Leganés.

Lo tuvo cerca, el orden que impuso Berizzo en su equipo sobre el terreno de juego, logró atascar en el primer acto a un Madrid que , no encontró espacios salvo cuando corrió al contragolpe.

El Celta se fue haciendo con el dominio, plasmó personalidad en la búsqueda de una nueva identidad sin Nolito. Con Bongonda desequilibrando con velocidad en el costado izquierdo y Orellana con libertad para buscar el desequilibrio. Guidetti salió a la guerra pero no encontró acciones de remate.

Se esperaba la salida en tromba del Madrid en la reanudación pero el balón era del Celta y sólo le faltó culminar jugadas. Con velocidad comenzó a llegar el Madrid y a probar la firmeza de Sergio. De nuevo dejó otra gran parada a una falta de Bale que llegó a rozar el balón para desviarlo contra la madera. En dos arreones se olía el gol y llegó. El balón cayó a Modric y la defensa descolocada no pudo evitar la ocasión de Asensio, que picó el balón sin éxito, y el balón muerto a Morata -en fuera de juego-para marcar. Empató Orellana con un disparo de derecha con una trayectoria que sorprendió a Casilla. Y luego, apareció Kroos.