El colombiano Nairo Quintana (Movistar) se enfundó el maillot rojo de la Vuelta en la cima leonesa de La Camperona, tras un ascenso en el que mostró su mejor versión para imponerse al resto de favoritos, en una jornada cuyo triunfo de etapa lo firmó el ruso Sergey Lagutin (Katusha).

Volvió Quintana tras el agridulce tercer puesto del Tour de Francia. Fue líder un día en la Vuelta 2015 y ahora recupera la roja en un golpe de autoridad que le permitió en las duras rampas de La Camperona superar en 25 segundos a Alberto Contador, restablecido de sus heridas, y en 33 al británico Chris Froome (Sky) y a su compañero en el Movistar Alejandro Valverde.

Otro golpe en la general, de donde desaparece el colombiano Darwin Atapuma (BMC) para ceder el liderato a Quintana, escoltado por Valverde a 19 segundos y Froome a 27. Movistar volcó la clasificación, donde se mantiene Esteban Chaves a 57 y se incorpora el gladiador Alberto Contador, ya sexto a 1:39 minutos, sin tirar la toalla.

Movistar dirigió el ascenso a La Camperona con la estrategia clara de esperar el ataque de Froome para responder y atacar. Y el plan funcionó. El triple vencedor del Tour aceleró a 2 kilómetros de meta, en las rampas más duras y se encontró con una contundente respuesta de Quintana, quien ya no miró atrás y se dedicó a abrir diferencias.

No fue un varapalo de Quintana, sí una forma de recuperar la confianza, ante un rival que le tiene aburrido en el Tour de Francia. "Me refuerza verme un punto por delante de mis rivales. Esperé el ataque de Froome y todo salió bien. Tengo un gran equipo y vamos a defender la roja", dijo feliz el ciclista de Boyacá.

Tan contento como Quintana estaba el ruso de origen uzbeko Sergey Lagutin, el más fuerte a la hora de la verdad en los últimos kilómetros de la subida al puerto leonés. Atacó a 200 metros de la pancarta para dejar con la miel en los labios a los franceses Axel Domont (Ag2r) y Perrig Quemeneur (Direct Energie), a quienes aventajó en 8 segundos.

Salió la etapa de la milenaria localidad de Villalpando con Alberto Contador magullado y repleto de cintas adhesivas en el costado izquierdo. El madrileño, con semblante serio, hizo rodillo para afrontra una jornada llana con final explosivo en La Camperona.

Hacia la cima leonesa se dirigió el pelotón, enseguida roto por el salto de 11 corredores que dispusieron de licencia para llegar. Nadie preocupaba para la general, pues el mejor clasificado, el francés Domont, estaba a 25 minutos.

El BMC no mostró demasiado interés en guardar el maillot rojo de Atapuma, pues permitió a la fuga una ventaja superior a los 10 minutos a 35 kilómetros de meta. Tampoco los favoritos ni los equipos que aún no han ganado quemaron las naves por ganar. La victoria estaba delante. No se redujo la diferencia a pie de puerto, a 8,5 kilómetros de la cima estrenada en 2014 por el canadiense Ryder Hesjedal.

Jhonatan Restrepo (Katusha), sin experiencia alguna en grandes vueltas, fue el primero en arrancar en busca de la gloria, pero las fuerzas le abandonaron a falta de 1000 metros. Se unieron Lagutin, Quemeneur y el italiano Cattaneo. El ruso, uzbeko de 35 años que decidió dejar de ser uzbeko en 2013, asestó el golpe de gracia para apuntarse la primera victoria relevante.

La Vuelta cobra emoción con los grandes en primera fila de la general, en vísperas del Alto del Naranco y Lagos de Covadonga. Quintana regresa, Valverde se mantiene, Froome aguanta y Contador se une a la fiesta. El madrileño nunca se rinde. Hoy se disputa la novena etapa entre Cistierna y el Alto del Naranco, de 164,5 kilómetros.