La bola echa a andar en el Palacio de los Deportes de Riazor para estrenar al nuevo Liceo. Nuevo porque siempre que se abre una temporada se empieza de cero. Pero la 2016-17 supone también el arranque de una era diferente. Se deja atrás la liderada por Jordi Bargalló y se presenta un nuevo equipo pero con los mismos objetivos: luchar por todos los títulos. En el Trofeo Teresa Herrera de este fin de semana tiene dos oportunidades de demostrarlo, primero hoy frente al Porto (19.00 horas) y después mañana contra el Valença (18.00 horas). Sobre todo el duelo contra el conjunto portista. Dos grandes de Europa que quieren recuperar prestigio después de quedar eliminados el año pasado en cuartos de final y que miden sus fuerzas para saber si van por el buen camino.

Los aficionados verdiblancos podrán desvelar muchos de los misterios de la pretemporada del Liceo. Ver de primera mano a sus nuevos jugadores, el portugués Henrique Magalhães, el francés Carlo di Benedetto y el exdelantero del Reus Marc Coy, incluso saber si Joan Grasas ha dejado de ser oficialmente uno de los invitados a los entrenamientos para vestirse ya la camiseta de su nuevo equipo. La ausencia de Jordi Bargalló es todavía demasiado pesada para muchos de ellos y el excapitán, ya en Portugal con el Oliveirense, deja una sombra demasiado alargada e imposible de remplazar, pero los fichajes intentarán poner su grano de arena para hacer olvidar al de Sant Sadurní d'Anoia y como él, labrarse un nombre y hacerse un hueco en la historia del club.

No todo son cambios. Se mantiene un grupo de jugadores, con la portería integrada por Xavi Malián y Álvaro Shehda intacta, y César Carballeira, David Torres, Toni Pérez y Josep Lamas como los veteranos de la plantilla. Al frente de ellos se mantiene también Carlos Gil, el entrenador ideal para manejar este tipo de situaciones porque siempre se ha sabido adaptar a las transformaciones y a las idas y venidas de jugadores. Con el argentino, además, el Liceo no perderá uno de sus sellos de identidad de los últimos años: el juego de ataque.

El Porto de Helder Nunes, que con 22 años está llamado a convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo, si ya no lo es, también vive una temporada de relevos, sobre todo en la portería, donde dejó su puesto Edo Bosch después de 18 años y fue sustituido por Carles Grau. Otra de las novedades fue el fichaje del internacional español Ton Baliu, otro de los muchos jugadores nacionales que desembarca este año en la liga portuguesa. En el banquillo, también un español, Guillem Cabestany, un técnico que ya ha hecho historia al lograr la Copa en España (Vendrell), Italia (Breganze) y Portugal (Porto).