Río de Janeiro volverá al centro de la acción deportiva mundial con la celebración a partir de hoy de la XV edición de los Juegos Paralímpicos de verano, una cita a la que acude esperanzada la delegación española, que desea demostrar que todo su esfuerzo en un duro ciclo de cuatro años no ha sido en vano.

Más de 4.300 deportistas poblarán Río de Janeiro, compitiendo desde mañana hasta el domingo 18 de septiembre, entre ellos los 126, más sus correspondientes guías, que componen la delegación nacional y que esperan volver a instalarse entre las grandes potencias paralímpicas, algo cada vez más difícil por el auge de muchos países, decididos a invertir en esta faceta social-deportiva, y por las dificultades sufridas en España. Y es que después de Londres 2012, la crisis que azotó el país fue dañina con el deporte nacional, y el de discapacitados lo sufrió aún mucho más. Pero lejos de rendirse, fiel a su mensaje, tanto deportistas como su casa, el Comité Paralímpico Español (CPE), se afanaron en aprovechar al máximo sus recursos y llegar lo mejor preparados para instalarse entre los 15 mejores del medallero.

España se asentó en el top 20 hace cuatro años, pero evidenció una bajada de metales paulatina, provocada principalmente por el crecimiento de otros países. De los 71 metales en Atenas 2004 se pasó a los 58 de Pekín 2008 y a las 42 de Londres 2012, cifra que se marca la expedición nacional como objetivo a igualar o superar ahora en Brasil donde competirá en 15 de los 22 deportes (atletismo, baloncesto en silla de ruedas, boccia, ciclismo, fútbol-5, judo, halterofilia, natación, piragüismo, tenis de mesa, tenis en silla de ruedas, tiro con arco, tiro olímpico, triatlón y vela).