Las Palmas sigue subida a la cresta de la ola entre los mejores de la Liga, con nueve puntos de doce posibles, después de vencer con un tempranero gol de penalti a un Málaga que sigue sin conocer la victoria y que no tradujo en el marcador su reacción tras su floja puesta en escena.

El equipo amarillo volvió a tener en el inicio del partido ese "punto de lucidez" que tanto gusta mentar a su entrenador, Quique Setién, porque sus jugadores, pese a la baja de Viera o la suplencia de Boateng, gobernaron el choque a partir del balón, con presencia en campo rival.

La clave estuvo cuando Momo fue derribado en el área por Recio, un penalti sin discusión porque el jugador local se encontró la pierna rival cuando iba a despejar. El propio Momo convirtió el castigo con un fuerte zurdazo, engañando a Kameni.