Argentina se coronó por primera vez campeón mundial de fútbol sala al derrotar (5-4) a una rocosa selección rusa que en los últimos segundos del partido estuvo a punto de igualar el marcador. El trofeo de campeón lo recibió el capitán del equipo Fernando Wilhelm de manos del presidente de la FIFA, Giannni Infantino. Por su parte, Irán se hizo con el tercer puesto tras derrotar a la de Portugal en la tanda de penaltis con la que se resolvió una final de consolación que acabó con empate 2-2 y que los lusos llegaron a dominar por 2-0.