España e Italia protagonizan en Turín un duelo convertido en clásico europeo, con recientes triunfos de la roja en su etapa de gloria, que vengó la azzurra en la Eurocopa 2016, en un nuevo capítulo con el liderato de grupo en juego y la exigencia de un único pase a la gran cita de Rusia.

La España de Julen Lopetegui quiere vendetta en honor de Vicente del Bosque. El fin de la era más gloriosa de la historia del fútbol español, lo selló Italia en los octavos de final de la Eurocopa 2016 con un duelo de una intensidad en París, que jamás pudo igualar la roja.

Tres meses después se reencuentran dos equipos que han cambiado su cara. Nuevos seleccionadores, relevos generaciones, futbolistas que renuevan plantillas pero mantienen la misma esencia de sus combinados. España sigue apostando por su estilo del éxito y espera una Italia calcada a la que tanto le hizo sufrir en París.

Lopetegui lleva pensando en esta cita desde que se hizo cargo de la selección. Ha estudiado el encuentro de Saint Denis y espera un planteamiento similar. Un duelo táctico, de alta exigencia en ritmo competitivo, en el que debe tener soluciones ante la defensa poblada italiana que se forma con su 3-5-2 que pasa a defensa de cinco en fase defensiva. Su primera opción sería comenzar con laterales de largo recorrido y extremos. Con Vitolo, uno de los ausentes de la Eurocopa, como la clave para abrir el campo.

Con la portería entregada desde el inicio a De Gea, la defensa parece definida también con la vuelta de Carvajal al lateral derecho junto a los insustituibles Ramos, Piqué y Jordi Alba. Tanto como el ancla de la selección, Busquets, deseoso de huir de un momento bajo y asumiendo parte de culpa de la irregularidad que sufre el Barcelona.

Unas molestias musculares modifican el primer plan de Lopetegui. Thiago dejará su sitio a Koke , en un momento excelente como líder del juego del Atlético.

La línea de tres que debe generar el peligro la formará Iniesta, que regresa con el indiscutible papel de gran referente, más Vitolo y Silva. El pulso por el 9 entre Morata y Diego Costa caería del lado del delantero del Chelsea, que ante Liechtenstein despejó con goles las dudas eternas hacia su figura en la selección española. Su dulce estado goleador no lo quiere desaprovechar Lopetegui, que desde el principio dejó claro que retoma una apuesta de su antecesor.

Después del estreno con gran sabor de boca en Bruselas ante Bélgica (0-2) y el vapuleo a Liechtenstein en el camino que espera a Rusia (8-0), la selección italiana representa el primer gran examen a Lopetegui. El calendario juega en su contra y de golpe encara las dos salidas más difíciles de dos años de clasificación: Italia y Albania.

La dureza de Italia lo muestra su racha de récord de 51 partidos de clasificación para una gran fase final sin perder. El nuevo seleccionado, Giampiero Ventura, que ganó 3-1 en su visita a Israel en la primera jornada, no podrá contar con el defensa Chiellini, expulsado en el último duelo. Tras sustituir en julio a Antonio Conte tras su fichaje por el Chelsea, Ventura realizó pocos cambios en el estilo de juego y siguió apostando por un 3-5-2 basado en la solidez defensiva y en la densidad en el centro del campo.

En las últimas sesiones de entrenamiento, realizó pruebas con el defensa del Fiorentina Davide Astori en la línea de tres, un jugador que ya conoce ese sistema táctico al haberlo practicado en su club. Así, por delante del arquero y capitán Buffon, que llegará a los 164 partidos con la azzurra, Italia debería salir con los juventinos Barzagli y Bonucci al lado de Astori.

El centro del campo es la zona en la que Ventura aportó más cambios, apostando por la habilidad en el juego en vertical de Bonaventura, acompañado por De Rossi y Marco Parolo. En los dos carriles actuarán De Sciglio Florenzi. Candreva, uno de los mejores especialistas en los centros del campeonato italiano, es una pieza fundamental para la táctica italiana, ya que actúa casi de lateral en la fase defensiva y acompaña constantemente a los delanteros una vez recuperada la posesión. Y los dos delanteros serán los mismos a los que se enfrentó España en la última Eurocopa, Graziano Pellé y el ítalo brasileño Eder, que tanto daño hicieron.