Ocho semanas de pretemporada. Veintisiete sesiones de preparación física y mental. Y se acaba la cuenta atrás. El Liceo debuta el domingo en la OK Liga femenina, un reto al que Stanis, que vuelve al club verdiblanco para dirigir a sus chicas tras dos años en Dominicos, intenta sacarle hierro. "No quiero resultados, no quiero puntos. Es una temporada para crecer porque lo importante es la formación de las jugadoras", sentencia. Solo tres de ellas tienen experiencia en la categoría y la mayoría todavía son adolescentes. Son promesas, las líderes de la mejor generación de jugadoras gallegas que darán sus primeros pasos en la liga en la que juegan las campeonas del mundo, sus ídolos y referencias. Un respeto con el que tienen que romper poco a poco para jugarles de tú a tú y luchar por la permanencia.

"Las pequeñas ya hablan de Casarramona, Natasha Lee? son sus ídolos peros yo les digo que van sobre ocho ruedas como ellas. Es algo con lo que tenemos que trabajar", reconoce. Y es que hay cierto miedo, más bien respeto, a jugar en la OK Liga. "Hay tres o cuatro equipos top, con jugonas, como ellas dicen. Pero el resto es de su nivel. El primer paso es que se den cuenta de eso. Que acaben los partidos y aunque pierdan, piensen que tampoco era para tanto. Eso les dará alas para seguir trabajando con ese aliciente", analiza el técnico asturiano. "Ahora mismo hay ese ogro de que viene la OK Liga. Pero no es así. El día que las niñas vean la categoría como asequible y alcanzable, los resultados van a llegar. No sé en qué jornada, si la primera, la octava, la vigésima o la primera de la temporada que viene", continúa.

Está convencido, no obstante, de que su equipo dará el nivel pese al enorme salto cualitativo que supone pasar de la liga autonómica gallega a la máxima categoría nacional. No le importa cuánto tarden en adaptarse a las nuevas exigencias: "No hay que marcarse objetivos. No puedo centrarme solo en los partidos y olvidarme de la formación porque hay niñas que les queda mucho por recorrer. Lo primero es crecer casa semana y encontrar un hueco en la categoría, estar dentro de los partidos hasta el minuto final. Y si las cosas se hacen bien y tenemos suerte, conseguiremos la permanencia. Y si no, habremos aprovechado la temporada entera".

Entre las jugadoras en formación está el grueso de la selección gallega que el año pasado se proclamó subcampeona de España. "Creo que estamos en una situación privilegiada. Los mimbres y el potencial de ir creciendo a lo largo de la temporada son los idóneos", asegura. Entre ellas está María Sanjurjo, desde hace tiempo seguida como una de las jugadoras del futuro. La semana pasada, de hecho, fue nombrada MVP femenina de la Eurockey sub 17, en la que participó con el equipo juvenil del Liceo. "Es una ganadora nata. Solo conoce el trabajo, el luchar y superarse día a día. Se bate el cobre con niños en un deporte físico. Cada verano le digo que habrá chicos que sacarán cuerpo y no los podrá superar. Y me hace tragar mis palabras", la define. Pero advierte: "Hay que llevarla entre algodones, cuidarla y no olvidarnos de su formación. Y que no le entre la ansiedad. No tiene nada que demostrar".

Junto a ella, María Castelo, que le ha tocado "crecer en silencio pero el día que se lo crea va a sorprender a más de uno porque tiene unas condiciones buenísimas"; Lucía Paz, de la que el técnico destaca el "compromiso", y Kathy Guscin, "con un rendimiento que da tranquilidad porque su seguridad bajo palos da muchas garantías". Completan las pequeñas Leticia Fernández y Andrea Ojeda y a ellas se les unen las veteranas. Miriam de la Fuente, Nuria Nóvoa y Laura Fernández ya tienen experiencia, pero no en el caso de Noemí Uzal y Rocío López. Como valor añadido, Stanis cuenta con la colaboración de Toni Pérez como segundo entrenador, aunque sus obligaciones como jugador del primer equipo no le permitan acudir a todos los partidos. "Estoy súper contento con el tándem que formamos. Él pone a disposición de las chicas toda su experiencia y ellas lo quieren y respetan un montón. Está haciendo un trabajo desinteresado por la cantera del Liceo enorme", comenta sobre su paisano.

Todos estos elementos hacen que Stanis esté esperanzado. También porque observa "un compromiso cien por cien" de todo el equipo. "Les pongo un diez viendo la implicación, el trabajo físico que han hecho, los esfuerzos por venir a entrenar, por temas de trabajo, kilómetros de carretera? Cuando empiece lo bonito, eso crecerá", afirma. El domingo a las 12.00 horas, con el Alcorcón como rival, la bola echará a andar y será el momento de demostrar que el Liceo no quiere asumir el papel de cenicienta. "No seremos unas hermanitas de la caridad. Al principio puede que nos vean así pero espero que si todo va bien cambie esa consideración. Las niñas están preparadas, están trabajando mucho y daremos el nivel. Daremos la sorpresa a algún equipo que piense que jugar contra nosotras será fácil", avisa