Restablecido a base de victorias en su lugar natural de la clasificación, el Liceo sigue su camino en la OK Liga paso a paso y la quinta jornada le lleva a Caldes (20.00 horas). La consigna es la misma que en todos los partidos, ganar, ganar y ganar. Eso le permitiría seguir como segundos e incluso acercarse al Barcelona, líder con tres puntos de ventaja, si este tropieza en su visita al Igualada. Es pronto para hacer números, pero en la competición de la regularidad, todo suma.

La máxima dificultad estará en el hecho de jugar fuera de casa. Los desplazamientos, con todo lo que implican, siempre son un handicap a la hora de enfrentar los partidos en las complicadas canchas catalanas. Un ejemplo se vivió en Girona en la primera jornada. Ni un recién ascendido regala nada. En Lleida, donde los verdiblancos se reencontraban con gratos recuerdos ya que allí levantaron su última liga, consiguieron ganar, pero con un sufrido 1-3. Y ahora llega el turno de Caldes. Allí la memoria juega malas pasadas, pues perdieron el año pasado en su primera visita. Por lo que puede ser un partido trampa.

Aquella victoria no fue flor de un día y el conjunto dirigido por Eduard Candami se convirtió en la revelación del curso pasado. Hizo historia al clasificarse para la Copa CERS y terminó séptimo. Manteniendo la base de la plantilla que logró este éxito, con las únicas bajas de Jassel Oller y Humberto Mendes y la incorporación de Pol Galbas, en el presente ejercicio, sin embargo, ha bajado su nota media pese a la explosión goleadora de Xavi Rovira. Es colista tras las cuatro jornadas disputadas, si bien es cierto que le ha tocado empezar con el famoso Tourmalet. Empates contra Vilafranca (1-1) y Vic (4-4) y derrotas frente a Reus (5-3) y Barcelona (4-1) le dan dos puntos.

Se encontrarán con un Liceo que ha demostrado ser uno de los equipos más en formas del inicio de la temporada. El título de la Supercopa de España disipó cualquier atisbo de duda que pudiera haber sobre su rendimiento tras la marcha de su buque insignia los últimos años. Y solo la derrota en Girona le impide mantener el pulso por el liderato al Barcelona, que va a ritmo de victoria por partido. El Liceo lleva tres seguidas. Casi imparable. Y ahora va a por la cuarta.