Un Toni Pérez (Oviedo, 1990) nuevo, pero como el de siempre. Las lesiones frustraron la temporada pasada del delantero del Liceo, que desde que empezó el nuevo curso ha dado visos de su total recuperación. Las cuatro dianas del sábado en la goleada frente al Igualada (7-1) atestiguan que ha vuelto la mejor versión del asturiano.

-¿Cuánto necesitaba Toni Pérez los goles?

-Un delantero de área, de gol, necesita marcar goles. Así que contento y también por ayudar al equipo a sumar tres puntos más.

-¿Lo pasó muy mal la temporada pasada por las lesiones?

-Fue un año complicado. Primero con lo de la nariz y después con el abductor dando la lata toda la temporada. Desde que pude recuperarme al cien por cien y empezar a tope la pretemporada, digamos que tengo un plus de motivación más por el hecho de haberme quedado casi en blanco el año pasado.

-¿Es frustrante que una molestia física le impida rendir al cien por cien?

-Se nota mucho, pero bueno, desde que me recuperé en verano estoy trabajando solo con la idea de querer más, más y más. El trabajo que hice con el preparador físico, Mon, y con el fisioterapeuta es muy satisfactorio y estoy sin molestias, sin dolor y al cien por cien.

-Como un fichaje más.

-El año pasado no pude ayudar mucho al equipo, solo jugué 14 partidos de liga, ni la mitad. Así que supongo que sí, algo parecido.

-Un Toni Pérez como nuevo, pero ya uno de los veteranos. ¿Le suena raro?

-Ya son ocho años en A Coruña. Se nota, conoces la casa, el club, la familia que es el Liceo. Así que ayudas a los nuevos a integrarse en la ciudad, en el vestuario. Eso como veterano entre comillas sí que hay que tomárselo muy en serio.

-Y uno de los capitanes. ¿Podía soñar ese niño que empezaba a jugar en Oviedo que llegaría a ser uno de los capitanes del Liceo?

-Es un orgullo llevar aquí tantos años y ser uno de los veteranos del equipo y ojalá que sean muchos más. Espero que sean muchos más.

-Está muy involucrado. ¿Qué le aporta el trabajo con la base?

-Para mí es gratificante el ver que cada día mejoran y siempre se quieren parecer a ti. Es un orgullo. Les enseñas cosas nuevas y cada día crecen como jugadores de hockey y como personas.

-También con las chicas. ¿Ellas aprenden de usted y usted de ellas?

-Siempre se está aprendiendo y ellas son un grupo magnífico. Estoy encantado. A ver si siguen las victorias y nos siguen dando alegrías.

-¿El fin de semana perfecto lo completó la victoria del equipo femenino?

-Estábamos jugando y en un tiempo muerto se dijo por megafonía. Yo estaba yendo para el banquillo, lo escuché y fue una alegría muy grande. Están haciendo un trabajo espectacular, están entrenando muy bien y al final el trabajo tiene sus resultados.

-Pese al triunfo contra el Igualada, ¿les inquietan los seis puntos de desventaja con el Barça?

-No, nosotros sabemos que la OK Liga es una competición muy complicada. En cualquier pista puedes perder puntos y nosotros tenemos que luchar y salir cada partido con la intención de recortar poco a poco puntos al líder y estar lo más arriba posible. Tenemos que ir partido a partido, ir a Alcobendas y ganar. No está nada decidido. Esto acaba de empezar, hay que luchar hasta el final y que sea lo que tenga que ser.

-¿Por qué les cuesta ganar fuera de casa?

-Ganamos la Supercopa fuera de casa y después tuvimos las derrotas de Girona y de Caldes que no esperábamos, no contábamos con ellas. Y ahora vamos a una pista complicada, Alcobendas, que seguro que nos dará mucha guerra, pero esperamos sacar los tres puntos.

-Vuelven los duelos de los Pérez con su hermano Gonzalo.

-(Risas). Vuelven, vuelven.

-¿Hay pique porque ambos llegan con ocho goles?

-Solo es un dato más. Me alegro que él también esté arriba en la tabla de goleadores, que le vaya tan bien en Alcobendas, pero este fin de semana espero llevarme los tres puntos y que él marque pocos goles.

-¿Se volverán a repartir sus padres, uno con cada equipo?

-No sé cómo harán, pero seguro que no es un partido fácil para ellos. Se sentirán un poco divididos y querrán que ganen los dos, pero eso no puede ser. Esperemos que gane el Liceo y que ellos al final de la temporada logren la salvación.

-¿Para cuándo juntos?

-No sé. Ojalá algún día. Me haría ilusión. Lo estoy viendo crecer cada año; cada temporada siendo mejor jugador de lo que era ya. Ojalá algún día podamos vestir la misma camiseta. Así tampoco habría problemas en casa (risas).

-Después de Alcobendas empieza la Liga Europea. ¿Están preparados para el reto de extra de partidos que supone?

-Somos una plantilla larga, de ocho jugadores, y estamos manejando muy bien el aspecto físico. Estamos muy bien preparados, hicimos una buena pretemporada y eso ahora cuando vengan los partidos de Liga Europea lo vamos a tener que necesitar, ese plus de energía. Es una competición que nos ilusiona poder volver a estar en la final a cuatro.

-Vaya morbo de sorteo, con el Oliveirense de Bargalló y Cancela, el Breganze de Vives y el La Vendéenne de los hermanos de Carlo di Benedetto.

-Todo junto en el grupo. Así llenaremos el Palacio en cada partido.

-¿Ayudará tener una plantilla más larga que el año pasado?

-El año pasado lo pasamos muy mal porque con tantas lesiones no había efectivos para completar entrenamientos. Este año el nivel sube bastante y físicamente se reparten los minutos para que todo el mundo esté a un nivel alto de juego cuando esté en pista. Carlos (Gil) lo está manejando muy bien.

-Y poner una vela a algún santo para evitar las lesiones.

-Claro. Yo ya de lesiones ya no quiero ni hablar. El año pasado llegó a haber más gente en la grada que en la pista. Nos tocó a todos. El único que se libró fue Jordi.

-¿Espera volver a la selección?

-Siempre es un orgullo jugar un Mundial o un Europeo y este año más, que son los Roller Games. Lo primero es ayudar al Liceo y si después llega la llamada, encantado de volver otra vez.