El piloto alemán Nico Rosberg (Mercedes) afrontará este fin de semana en el Gran Premio de Brasil su segunda oportunidad de proclamarse campeón mundial de Fórmula 1, logro que alcanzaría 34 años después de su padre Keke, aunque volverá a encontrar la férrea resistencia de Lewis Hamilton a ceder su trono.

Después de casi tres años pilotando el mejor coche de la parrilla, a Rosberg por fin le ha llegado la oportunidad de conquistar el título y con un panorama muy favorable, ya que una victoria, ya sea en Brasil o en el cierre del Mundial en Abu Dabi (27 noviembre), le elevaría a la gloria.

Para no tener que jugárselo todo en una última carrera que sería infartante en tierras árabes, el objetivo del germano es cerrar la contienda este mismo domingo en Interlagos, un circuito que se le da especialmente bien y donde ya salió ganador las dos últimas temporadas. Un 'hat trick' en Brasil le daría su primer título mundial a los 31 años, 11 de ellos en la F1.

La estabilidad ha sido el mejor aval de Rosberg, que lleva siete carreras consecutivas sin bajarse del podio y cuenta con 19 puntos de ventaja sobre Hamilton. Esta cómoda renta también le permitirá proclamarse campeón si queda segundo y el inglés solo alcanza el cuarto puesto en Brasil.

Si cumple el sueño de toda una carrera, el piloto de Wiesbaden emulará a su padre, que ganó su único título mundial corriendo con el equipo Williams-Ford en 1982 a pesar de que solo logró una victoria aquel año, confirmando que la regularidad es la marca de la saga familiar.

A la presión de su hipotético primer título se suma la rivalidad de Hamilton, curtido en muchas batallas de este tipo y que viene apretando con fuerza tras sus dos triunfos consecutivos en Estados Unidos y México. Como muestra lo ocurrido en 2008, cuando ganó su primer Mundial en la última curva mientras la familia de Felipe Massa ya lo celebraba en 'boxes'.

Sin embargo, el inglés cuenta con un nefasto historial en Interlagos, donde nunca ha conseguido ganar y solo ha logrado cuatro podios y una 'pole' en nueve participaciones. En cualquier caso, el tricampeón ya ha avisado de que no se piensa rendir y ha prometido batalla hasta el final.

McLaren vuelve a su particular montaña rusa

En cuanto a la participación española, Fernando Alonso (McLaren) aspira a rehacerse de la decepción de México, donde su equipo volvió a revivir viejos sinsabores y se quedó fuera de la batalla por los puntos, un revés inesperado tras lograr su mejor resultado del curso en Estados Unidos con un quinto puesto. "Va a ser otra carrera durilla", vaticinó en México, avisando de que tampoco espera ningún 'milagro'.

En el Autódromo Hermanos Rodríguez tampoco pudo brillar Carlos Sainz (Toro Rosso), quien tuvo que retirarse en su primera carrera en Interlagos, por lo que llega con doble motivo para buscar redención en Brasil.

Por otra parte, el foco también estará centrado en Sebastian Vettel (Ferrari), al que le han llovido las críticas tras repartir insultos por toda la parrilla en México, y en la capacidad de los pilotos de Red Bull, Daniel Ricciardo y Max Verstappen, por inquietar a Mercedes e influir en la batalla por el título.

Además, la prueba también será especial para Jenson Button (McLaren), que visitará por última vez el circuito donde confirmó el mayor logro de su carrera, el título mundial de 2009; y para Massa, que podrá despedirse de la afición 'brasileira' antes de su retirada. Todo ello bajo el pronóstico de lluvia que amenazará durante todo el fin de semana y que podría trastocar los planes de los dos aspirantes a la gloria.