El Maristas camina con paso firme hacia el ecuador de la primera parte de la temporada con pleno de victorias en su casillero, seis tras la conseguida el fin de semana pasado contra el Rosalía Pío XII en el derbi gallego de Primera Nacional. El próximo sábado cierra la primera vuelta contra el Innobasket con el objetivo de continuar con la racha por tres motivos principales, como revela su entrenador Fernando Buendía: "Porque si ganamos significaría que lo habremos hecho contra todos los equipos del grupo. Porque se supone que el Innobasket se meterá con nosotros en la segunda fase y se arrastran los resultados. Y porque es en casa y vienen muchas niñas a vernos y el grupo tiene que responsabilizarse que ahora mismo es la cabeza visible del baloncesto femenino en A Coruña y que den buena imagen es bueno para la ciudad".

Es el espíritu de Maristas. El aprendizaje por encima de las victorias. Aunque bienvenidas sean. "Estamos muy contentos, a nivel de resultados están saliendo las cosas pero somos conscientes de que todavía queda mucho", analiza el técnico. Cuando termine esta primera fase que consta de 14 partidos tras los cuales los cuatro primeros se enfrentarán en una liguilla de otros seis y arrastrando los resultados que hayan obtenido entre ellos en la primera parte del curso. De ahí la importancia de las victorias contra los rivales directos, como el Gijón, al que ganaron de tres en casa. "Para mí es el favorito porque es un equipo profesional. Cuando nos toque ir allí, sufriremos", sentencia. Después, todavía quedaría un nuevo cruce con los clasificados de Castilla y León antes de una fase final de ascenso con los de Navarra y País Vasco.

Un largo camino que ilusiona a las coruñesas. El año pasado se quedaron a las puertas, perdiendo la final del play off previo a la fase de ascenso. "Nunca se ha llegado y sabemos que es muy complicado. Las niñas están orgullosas del trabajo hecho hasta el momento, pero con ganas de dar el salto", comenta Buendía, que tras su paso por el Básquet Coruña fichó para ayudarles con esa última barrera: "Quiero que el equipo defienda a toda la pista y que se repartan los minutos y la anotación entre todas las jugadoras para no ser previsibles". Unos métodos que hasta el momento están resultado infalibles.