La destrucción no fue total en el fatal accidente del avión en el que viajaba el Chapecoense. Seis personas sobrevivieron de forma casi milagrosa. El avión no explotó y eso hizo que, aunque poco probable, fuese posible salvar la vida tras el terrible accidente.

Así lo reconocía, en declaraciones recogidas por El País, Guillermo León, director de la Clínica San Juan de Dios de La Ceja: "Es un milagro. No hay duda. Es muy poco probable que se supere un accidente así. Afortunadamente no hubo una explosión porque el saldo de muertos habría sido total". Los seis afortunados en medio de la tragedia son: los futbolistas Alan Ruschel, Jackson Follman y Helio Neto; el periodista Rafael Valmorbida Henzel, y los tripulantes Ximena Suárez (azafata) y Erwin Tumiri (técnico), quienes han sido ingresados en distintos hospitales cercanos a Medellín, según explicaba la Aerocivil.

El delantero Ruschel fue trasladado de la Clínica San Juan de Dios a otro centro médico, en el vecino sector de Rionegro, el único lugar donde se le podía realizar el examen que requería. Otro de los futbolistas, Zampier, había tenido que ser sometido a una cirugía, después de que sus signos vitales fueran estabilizados.