El Olympique de Lyon y el Sevilla se juegan su futuro en la Champions en un duelo a cara o cruz en el que ambos pugnarán por pasar a octavos de final y que el equipo español, vigente campeón de la Liga Europa, afronta como una final pese a que le valdría perder por la mínima.

Los andaluces, segundos del grupo con 10 puntos, a uno del líder Juventus y con tres de ventaja sobre los franceses, viajan con la única idea de ganar, a pesar de que les serviría un empate e incluso una derrota por un tanto de diferencia, al superar en ese supuesto al Lyon por el coeficiente tanto general como particular de goles.

Le dolió al Sevilla desaprovechar la ocasión de lograr el pase en la jornada anterior, al caer por 1-3 con la Juve cuando un empate le hubiera bastado, pero el Sevilla depende de sí mismo para seguir creciendo como equipo y acrecentando su prestigio, hasta ahora labrado sobre todo por sus cinco títulos de la Liga Europa/Copa de la UEFA -los tres últimos seguidos-.

A los hispalenses sólo les vale acceder a los octavos. La pasada campaña, en el grupo de la muerte, al final supuso un logro ser terceros y reengancharse a la Liga Europa que luego le ganaron al Liverpool, pero ahora sería una gran decepción quedar apeados de una Champions en la que quieren seguir agrandando su historia.

El equipo dirigido por Jorge Sampaoli, que está sancionado y le suplirá en el banquillo su segundo, Juanma Lillo, no ha perdido fuera en esta fase de grupos (empató 0-0 en Turín y ganó 0-1 en Zagreb), y recupera para esta cita crucial a dos hombres imprescindibles en su esquema: el lateral zurdo Escudero y, sobre todo, al cerebro Samir Nasri, tras superar sus lesiones.

Pierde por sanción a un fijo en el once, Franco Vázquez, al que podrían relevar Pablo Sarabia o Vicente Iborra en la medular si alinea un equipo más atrevido, o bien Matías Kranevitter si apuesta por una mayor contención.

Por su parte, el Olympique de Lyon ha preparado a conciencia su partido de mayor rango en Europa en los últimos años, en el que se juega todas sus opciones en el Parc OL, su estadio, inaugurado a principios de este año y que fue una de las sedes de la pasada Eurocopa.

El conjunto francés espera darse por fin una alegría en la Liga de Campeones, dado que en sus últimas dos participaciones su trayectoria ha sido bastante decepcionantes.

El año pasado cayó eliminado en la fase de grupos tras ganar únicamente un partido, el último, en Valencia (0-2), y no se clasificó ni siquiera para la Liga Europa.

Esta temporada ha conseguido llegar a la última jornada clasificado para la Liga Europa y con opciones de meterse en octavos, pero se ve obligado a realizar toda una gesta para lograrlo, puesto que debe imponerse por dos goles.

No obstante, su juego sigue sin cuajar. Solo ha conseguido doblegar dos veces al Dinamo de Zagreb, la cenicienta del Grupo H, además de lograr un valioso empate en el campo del Juventus (1-1), aunque le supo a poco porque hizo méritos para ganar.

En la liga francesa, el Olympique de Lyon es el sexto clasificado y lucha para no descolgarse definitivamente de la cabeza de la tabla. Tras el pasado fin de semana, figura a 14 puntos del Niza, la revelación de la Ligue 1, y a diez de los puestos de Liga de Campeones.

Eso sí, cuenta con un partido menos, porque el encuentro del sábado ante el Metz fue suspendido recién cumplida la media hora por el lanzamiento de petardos al portero Anthony Lopes, que lesionaron los tímpanos del guardameta internacional portugués y los de uno de los médicos del equipo.

Lopes, que sufre vértigos y acúfenos, es duda hasta última hora, pero el club lionés confía en que pueda recuperarse a tiempo. En caso de no poder jugar, sería reemplazado por Mathieu Gorgelin.

Lo único positivo de la suspensión de ese partido es que sus jugadores llegan más descansados a la cita con el Sevilla. Además, una semana antes, contra el Nantes, firmaron la mayor goleada a domicilio de su historia en la liga gala.