A partir del próximo mes de enero algo puede cambiar en la base del fútbol sala herculino. Porque por un lado la Delegación Coruñesa pondrá en marcha una norma por la cual el acta de los partidos de sus competiciones solo reflejará una diferencia de cinco goles como máximo, aunque el resultado hubiese sido mayor. Y por otro, el 5 Coruña, comprometido con esta causa de evitar las goleadas excesivas, también impondrá como premisa interna del club la negativa a que sus equipos ganen por una diferencia superior a esa cifra en todas las competiciones en las que participa. "No más de cinco goles. La victoria es la misma" es el eslogan con el que la formación que coordina Pachi Fernández quiere concienciar de la necesidad de formar en valores y por el respeto al rival.

"Desde que nacimos como club defendemos la intención de que por encima de enseñar fútbol sala hay que formar en valores, siempre siendo competitivos, claro está. Pero hay que saber a qué llamamos victoria y a veces no son solo los tres puntos", señala el técnico del 5 Coruña. "Lo primero es el respeto al rival. Desde el año pasado teníamos la norma interna de no ganar por más de diez goles. Este ya lo habíamos bajado a ocho. Ahora, como respuesta al acuerdo de la Delegación Coruñesa, lo volvemos a bajar para ponerlo en cinco. Tenemos que ser coherentes porque no podemos estar más de acuerdo con esta regulación", continúa.

También hay otras formas de evitar estas humillaciones en forma de goleadas: "Cuando nos tocan los equipos más flojos les decimos a los niños que tiene que dar tres toques antes de finalizar, jugar con la pierna mala, que tienen prohibido jugar con el portero...". Y pone varios ejemplos. "El equipo alevín el año pasado lo ganó casi todo. Pero en la Copa nos quedamos fuera de la final por un gol. Si marcábamos más de doce nos clasificábamos, pero solo lo hicimos de seis", recuerda. "En Liga, que fuimos primeros, jugamos un partido contra un equipo al que el que iba segundo le había metido 21 goles. Nosotros quedamos 3-1. Había que ver a esos niños cómo corrieron la pista como locos cuando nos marcaron el gol. Solo eso es una razón suficiente como para seguir haciendo estas cosas", añade.

Pachi Fernández cree que es responsabilidad de todos el ir cambiando poco a poco la mentalidad. "No vamos a dramatizar, pero a veces vas a los pabellones y ves a niños llorando, realmente disgustados. Los equipos que van últimos en la clasificación, a los que golean, empiezan la competición con doce jugadores y la terminan con cinco o seis porque muchos lo acaban dejando", señala. "No tiene sentido esto. Los niños tienen que aprender muchas más cosas que a marcar gol", defiende. Uno de los equipos de su club protagonizó hace unas semanas un episodio de deportividad cuando tras recibir una goleada recibió la visita en el vestuario del equipo rival, el Distrito V, que fue a animar a sus jugadoras: "Gestos así son los que hacen grande el deporte. Pero ese equipo ha jugado nueve partidos, con nueve goleadas encajadas, y solo un equipo nos mostró respeto. Esa es la realidad y a ver si entre todos la cambiamos".