La selección española de balonmano selló su clasificación matemática para los octavos de final del Mundial de Francia, tras imponerse ayer por un contundente 42-22 a Angola, en un encuentro que sirvió para España otorgase minutos a sus jugadores menos habituales.

Una oportunidad que no desaprovecharon jóvenes como el lateral Alejandro Costoya, que hasta ahora no había gozado de ni un solo minuto en el torneo, o el extremo Ángel Fernández, que aprovechó para inaugurar su casillero de goles, tras no poder hacerlo ni ante Islandia, ni Túnez. Y es que poco interés más que el conocer si los menor habituales eran capaz de aprovechar la ocasión que les brindó Jordi Ribera tuvo un encuentro que el conjunto español dejó sentenciado ya a los diez minutos de juego con un contundente 10-2.

La renta siguió creciendo en una segunda mitad en la que toda la atención se centró en el estado físico del portero angoleño Giovany Muachissengue, que renqueante de una rodilla tuvo que dejar su puesto durante unos minutos a un jugador de campo, ante la imposibilidad de que otro guardameta lo relevase tras la expulsión de Figueira. Al final, 42-22, victoria contundente.