El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. El Liceo, casi. Porque el Girona se le atragantó hasta el minuto 44. Y sin necesitar mucho. Llaverola en la portería y la simple amenaza de que por allí andaba Pelícano fueron suficientes para poner contra las cuerdas a los verdiblancos, que tras el 0-0 al descanso reaccionaron en la segunda parte, pero el 1-1 seguía sin hacer justicia a su propuesta a las diferentes propuestas de juego. Con los catalanes ya fundidos físicamente, Toni Pérez se encargó de atar un triunfo sin lujos pero importante. Porque es el primero en cinco partidos. Porque hace falta para iniciar con buen pie en la que los coruñeses tienen que hacer una gran remontada.

La portería de Llaverola se hizo muy pequeña y los palos se encargaron del resto (Carballeira y Lamas lo sufrieron). Ni de jugada ni a bola parada (Torres) ni en superioridad. Los verdiblancos no estaban cómodos. El Girona, encomendado a Pelícano. La segunda parte fue más movida. Lamas abrió el marcador pero la diferencia seguía siendo mínima, no lo suficiente para que los locales estuviesen tranquilos. La azul a Carballeira no sirvió al Girona para empatar, pero tampoco aprovechó Lamas su directa y acto seguido Pelícano se inventó una jugada de dibujo animado para el 1-1. Apareció Toni Pérez. El asturiano marcó una directa y sentenció una contra a pase de Carballeira.