El sábado se esperaba que Martín Payero se estrenara con el Liceo en el partido contra el Girona, pero el argentino estaba de nuevo en las gradas. ¿Por qué? La respuesta es que todavía no tiene ficha con el conjunto verdiblanco a pesar de que se anunció su fichaje hace dos semanas. Fuentes de la Federación Española de Patinaje señalaron a este periódico que no pudieron aceptar la licencia presentada por el club coruñés porque esta "no era correcta administrativamente" sin entrar en si el fallo era de forma o si fue una cuestión económica lo que impidió tramitar la ficha al argentino nacionalizado angoleño. De todos modos, la entidad presidida por Eduardo Lamas podría intentar subsanar este problema porque no tiene fecha límite para su alta ya que el delantero se encontraba sin equipo en España después de la desaparición del Cerceda y de haber participado en la liga angoleña con el Académica de Luanda. La versión del club verdiblanco es que "la ficha se le está tramitando pero por ahora solo está entrenando".

Para Payero, que a sus 39 años pretende disputar el Mundial de China con Angola el próximo verano, es fundamental mantenerse en forma y disfrutar de minutos en pista. Por eso aceptó primero la invitación del Liceo para formar parte de los entrenamientos ya desde la pretemporada, antes de ir a jugar al país africano y también al regresar. Y frustrada su incorporación a un equipo portugués, por eso aceptó después la oferta liceísta para estar en el equipo de la OK Liga. Para que participara en la Liga Europea ya no llegó a tiempo, pues el plazo para inscribir a jugadores en la máxima competición continental expiró el pasado 31 de diciembre y su fichaje se concretó apenas unas semanas más tarde.

Esta iba a ser la tercera etapa del Negro, como se le conoce, en el Liceo. Nacido en la meca del hockey sobre patines, San Juan, llegó en el año 1998-99 para jugar en el filial, cuando apenas era un adolescente que daba su primer salto a Europa tras pasar por el Loma Negra de su país. La siguiente temporada ya consiguió hacerse un pequeño hueco en el primer equipo y en la 2000-01 marcó 24 goles, una cifra que casi multiplicó por dos en la 2001-02, con 45. Se fue a Portugal a jugar en el Barcelos durante tres cursos completos y parte del siguiente, en el que regresó al Liceo (2005-06). Su estancia se prolongó hasta la campaña 2010-11, aunque esta última temporada solo fue testimonial. Después pasó por el Órdenes antes de recalar con el Cerceda, donde disfrutó de una segunda juventud ligada a su madurez.