Mandaron, brillaron, protagonizaron y marcaron dos goles coruñeses, pero uno para el Voltregá y otro para el Liceo. Ignacio Alabart y César Carballeira escenificaron ayer lo que desde hace tiempo se esperaba de ellos. Eran los líderes de la generación del 96. No hace tanto que uno despuntaba en Compañía de María y otro en las categorías inferiores liceístas. Y ahora, con 21 años, se confirman como los dos grandes jugadores que son. Porque resultado aparte, un empate (1-1) que sirve al conjunto herculino para mantener la cuarta plaza igualado con su rival de ayer, ellos fueron el espectáculo de un gran partido, intenso como pocos, de los que ponen a prueba el corazón y sobre todo los nervios. Que no se marcaran más goles no fue esta vez un punto negro, sino una virtud.

Tanto Carballeira como Alabart son ya dos de los indiscutibles nombres de la OK Liga. Carlos Gil se ha rendido al canterano, el jugador que más minutos deja en pista. Es el más joven de la plantilla, pero el que más manda. Por él pasa ahora mismo gran parte del juego verdiblanco. Tanto en defensa, la parcela en la que se erige mariscal y en donde brilla especialmente en las recuperaciones, como en ataque. Su disparo es letal. Y en días como el de ayer incluso se luce en la definición para su tercer gol en la competición. Técnicamente quizás no es tan fino como su coetáneo, ni ta rápido. Dos cualidades en las que destaca Ignacio Alabart. Es una gozada ver sus evoluciones por la cancha. Su lectura de las posiciones, su juego sin la bola. Y con una posición más adelantada que la de su paisano, empieza a destaparse como goleador. Ya lleva 15 y no le tiembla el pulso ante nadie. Ni el sábado en el Palau, donde volvió a marcar. Ni ayer contra el Liceo.

Y eso que fue uno de esos encuentros difíciles de jugar, en los que hay que tirar de experiencia para templar los nervios y la paciencia. Porque ni uno ni otro equipo hizo ni una concesión al rival. Con mucha intensidad y velocidad de movimiento de bola, las alternativas fueron constantes, con dos porteros -Ballart y Malián- que también estuvieron a la altura. En este contexto, pequeños detalles marcarían la diferencia. Y esos los pusieron Carballeira primero, nada más reanudarse el partido tras el descanso al que se había llegado con 0-0; y Alabart en la recta final. Ambos podrían volver a verse en la Copa del Rey de final de mes, porque van por la misma parte del cuadro. Pero antes de llegar a Alcobendas el Liceo todavía tendrá que enfrentarse el sábado al La Vendéenne en la última jornada de la Liga Europea.