El peor Barça del curso, que aún no ha restañado las heridas de la goleada sufrida ante el PSG en Champions, se salvó de la tragedia con un penalti en el minuto 90 por Messi, que evitó que su equipo se despidiera prácticamente de la Liga ante un sorprendente Leganés.

Se ha quedado sin fútbol el equipo azulgrana en el momento culminante del curso. Abandonado a su suerte, el Barça tuvo en Ter Stegen a su mejor hombre y casi acabó pidiendo la hora en un tiempo añadido que se le hizo eterno frente a un rival dispuesto no a llevarse un empate, sino a lograr una victoria histórica.

Cuando el Leganés se había animado a buscar el triunfo, Neymar forzó un penalti que transformó Messi en el minuto 90. Aún quedaban cinco minutos por jugar y El Zhar tuvo el 2-2 en sus botas.

El Barça fue un equipo irreconocible. Sigue en el diván, sin recuperarse del batacazo de París, sin constantes vitales y con las dudas que se adivinaban desde el principio y otros nuevos síntomas sin diagnosticar que han ido apareciendo con el paso de los partidos.

Con una alineación sin Piqué ni Iniesta, reservados por el técnico de inicio, con Busquets en la grada por sanción y Mascherano por lesión, los azulgrana jugaron sin continuidad y con una media inexistente .

El carácter errático de André, la apatía de Rakitic y la falta de fluidez de Rafinha resumieron el estado de la zona de creación de un equipo que parece comatoso.