Vuelta a la rutina de la OK Liga. El Liceo retoma la competición doméstica después del paréntesis de la Copa del Rey, en la que dio la cara al ser eliminado en la tanda de penaltis de las semifinales contra el Barcelona. Visita el Palacio de los Deportes de Riazor (18.00 horas) el Caldes, uno de esos equipos ante los que hay que poner sobre la pista los cinco sentidos y más. Cualquier exceso de confianza se puede pagar caro. Como ejemplo, el partido de la primera vuelta, en el que los verdiblancos perdieron de manera inesperada en la pista rival por 5-3. Un resultado al que darle la vuelta esta tarde para defender la cuarta posición en la clasificación, aunque sin dejar de pensar en Europa.

El principal peligro para el conjunto que dirige por Carlos Gil es caer en la desidia. En tierra de nadie, a quince puntos del Barcelona, líder, y a nueve de Reus y Vic, segundo y tercero respectivamente, es cuarto empatado con el Voltregá, ambos con siete de ventaja sobre el siguiente en la tabla, el Vendrell. Todavía quedan once partidos, con el de hoy, como para dejarse llevar. Hasta ahora uno de los alicientes había sido la Copa del Rey. Ahora también buscarán consuelo en la Liga Europea. Jugará como local (Palacio de los Deportes de Riazor) la ida de los cuartos de final contra el Benfica la próxima semana (sábado 11, 19.00 horas) y para tener opciones ante el vigente campeón continental y líder de la potente liga portuguesa tiene que mantener el nivel de copero, sobre todo el de las semifinales frente al Barça.

El Liceo jugó uno de sus mejores partidos de la temporada. Sobre todo por su intensidad y seriedad defensiva. Todos implicados, todos a una. Tuvieron sus opciones para haber ganado y haberse plantado en la final. Se adelantaron en el marcador, dominaron y solo les faltó rematar. Después, en la prórroga, Toni Pérez dispuso de un penalti, pero la bola parada sigue siendo una asignatura pendiente como demostró la tanda posterior. Ninguno de los cuatro lanzadores liceístas -Marc Coy, Toni Pérez, David Torres y César Carballeira- pudo marcar y eso les costó una final en la que el Barça se proclamó campeón y su ex Pau Bargalló se llevó el premio al mejor jugador.

El Caldes, por su parte, viene más descansado porque no se clasificó para la Copa del Rey. Los catalanes están en una zona cómoda de la clasificación, pero solo con tres puntos de margen con el descenso, por lo que cada resultado positivo es una gran noticia para ellos. Puntuar en Riazor lo sería. Ya lo hizo el Lleida en el última partido que el Liceo disputó en casa (2-3). Buscará seguir su ejemplo. Las contras pueden ser su mejor opción. Xavi Rovira y Roger Acsensi, con 17 y 14 goles respectivamente, sus máximos exponentes en ataque.