El partido entre el Liceo y el Benfica también se jugó en la grada. Más de dos mil personas se acercaron al Palacio de los Deportes de Riazor para presenciar el encuentro, unas 200 de ellas llegadas desde Portugal. Una parte de esos aficionados, cerca de 50, que entraron a partir del minuto 20 de la primera parte, provocaron algunas incidencias al incendiar dos bengalas en el interior del recinto, una después del primer gol luso y otra tras el segundo. El público coruñés respondió, en ambas ocasiones, con pitos hacia la grada portuguesa. Los cuerpos de seguridad entraron entonces en la zona, escoltando a los hinchas, que en el tercer gol ya no encendieron ninguna bengala, e incluso les impidieron que se pudieran de pie en los asientos.

Fuentes del club aseguran que siempre se pide la asistencia de seguridad a los partidos y que para este también se solicitó la presencia de policía, aunque no contaban con la llegada de ese grupo más radical. Varios agentes vigilaron los alrededores del Palacio en los prolegómenos del encuentro y al verlo todo tranquilo, se marcharon. Personal del Liceo avisó a la policía tras la primera bengala. Primero llegó la local y minutos después, la nacional.

No toda la afición del Benfica se comportó de la misma manera. La mayoría no dejó de animar a su equipo e incluso después del partido, que terminó 2-3 en favor de los portugueses2-3, entonaron cánticos hacia Marc Coy, con pasado en el club lisboeta.