Al Leyma Coruña, ayer en Palencia, le salió cruz (79-75). Se puso por delante en el marcador desde el principio, aunque no con una amplia ventaja, pero la alegría se esfumó en el último cuarto. Y aún así dio la cara. Acertó en los decisivos libres pero no le valió para forzar la prórroga. De momento, es sexto, a la espera de lo que ocurra hoy en los partidos de Oviedo y Breogán.

La igualdad fue total durante todo el partido y la balanza no se desequilibró hasta los últimos diez minutos. Las tablas volvieron al marcador en once ocasiones (6-6, 12-12, 14-14,16-16, 40-40, 42-42, 44-44, 48-48, 51-51, 61-61 y 67-67). Los naranjas solo respiraron con cierta tranquilidad en el segundo cuarto, que se abrió con un triple de Creus. Un parcial de 2-12 permitía a los coruñeses sentirse dueños del partido, un chute de moral para intentar arrinconar a un Palencia gigante en su cancha. Se notó el empuje de la afición tras el descanso. Le costaba elaborar al Leyma y el conjunto local veía como Rodríguez, Zamora y Otegui se iban gustando cada vez más bajo el aro. Aún así, la ventaja era naranja (52-56). Hasta que llegó el último cuarto. Cuando más concentrado tenía que estar el equipo de Tito Díaz, más errores cometidas y más concesiones daba al rival. Apareció el capitán Ángel Hernández para pulsar el botón de reset (67-67).

A poco menos de dos minutos para el final, Tomas metió dos canastas consecutivas para allanar el camino del Palencia. Fue el turno de los tiros libres. Una falta tras otro y solo dos puntos de diferencia entre ambos equipos. Djuran no falló. Pero tampoco Rodríguez. Repitieron y el guión no cambió. Tampoco a Johnson le tembló el pulso para poner el 76-75. Posesión para los palentinos, que se nutrieron de la fortaleza de su cancha y evitaron la prórroga con un tiro de Samb. Punto y final. A pesar del desgaste, físico y mental, el Leyma vuelve a casa sin premio.