El Mónaco llega a la vuelta de los octavos de la Liga de Campeones contra el Manchester City sin la presión de ser el favorito, con la tarea de levantar un marcador adverso (5-3), pero con las esperanzas de todos sus seguidores. Consciente del poderío del rival que tendrá enfrente, el conjunto monegasco no olvida la tradicional fragilidad del City en competiciones europeas. El equipo de Pep Guardiola, que dejó a un lado las deficiencias defensivas, es consciente de la necesidad de ver portería ante un equipo tan ofensivo como el Mónaco.